Ya estaba presenciando como Elio y Oliver se iban enamorando poco a poco, cuando me llega otra notificación, esta vez era un mensaje, de Joseph: "Verona, hemos salido Joe y yo a cenar, te hemos llamado. Si quieres venir aquí te esperamos."

"Gracias por la invitación, pero no tengo muchas ganas, ¡os lo agradezco!" respondo pareciendo agradable.

Pasaron unos minutos y vuelve a escribir: "De acuerdo, pero ¿te encuentras bien?"

Pausé un momento la película, y me puse a escribir: "Creo que tengo la suficiente confianza contigo para decirte que no, pero seguramente a lo largo del día de hoy se me vaya pasando. Sólo necesito descansar un poco, gracias por preocuparte."

Lo envié, y me quedé mirando la pantalla esperando a que me respondiera, pero pasaban los segundos, y dejó de estar en línea, no parecía que la respuesta fuese a llegar. Así que, puse de nuevo la película, y no paré de pensar en que a lo mejor sólo había sido condescendiente, esperando que le hubiera respondido con un simple 'sí, estoy bien'.

Cuando Elio y Oliver ya estaban en su viaje a Bérgamo, escucho que llaman a la puerta. Di por hecho que sería el servicio de habitaciones para traerme las toallas que se reponían cada semana. Pausé de nuevo la película y fui a abrir.

Tiré del pomo con desgana, y cuando vi que Joseph estaba al otro lado me asusté. - ¿Qué haces aquí? -dije cerrando un poco más la bata que llevaba puesta para que no me viera el pijama. -

- Vine hacia aquí cuando leí el mensaje. -todavía tenía el pelo un poco mojado, lo que hacía que no pudieran sostenerse sus rizos, y cayeran por parte de su frente. - ¿Quieres que pase?

Me quedé un momento en shock, pero en seguida reaccioné. - Sí, pasa, pasa. -me aparté del camino y lo dejé pasar primero, para luego cerrar la puerta. -

Veía como analizaba con cuidado mi habitación, tal vez buscando qué es lo que me estaba haciendo sentir mal. Yo le miraba en silencio. - Me encanta esta peli. -dice cuando se asoma a ver el portátil. -

- Sí, a mí también... -respondo casi en un susurro. -

Estira un poco la manta que tenía sobre la cama, y se sienta encima. Yo me quedo de pie a unos pasos de la cama, y veo como me mira directo a los ojos, entre preocupado y comprensivo. Noto como quiere iniciar una conversación, pero en seguida me adelanto. - No quiero hablar de ello. Lo siento. -le digo mientras cruzo los brazos sobre mi pecho, y llevo la vista al suelo. -

- ¿Pero quieres que me quede? -le miro de nuevo, y sin pensármelo ni un segundo, asiento. - Pues ven aquí, vamos a acabarnos la película. -me responde con una sonrisa, y estirando su mano para coger la mía. -

Nos tumbamos los dos en la cama, nos echamos la colcha por encima, y entre los dos estaba el ordenador. Estábamos apoyados sobre el cabecero, y yo ligeramente inclinada hacia él.

La película ya estaba por acabar, Elio llora delante de la chimenea con la canción de 'Visions of Gideon' de fondo. Los créditos comienzan a aparecer en la pantalla, tal y como lo hacen las lágrimas por mis ojos. Intento esconderlas, pero me nublan la vista. Las limpio con ambas manos, y noto como Joseph pasa su brazo derecho por mis hombros, acercándome más a él. Me sentía incapaz de mirarle a los ojos, odiaba llorar delante de la gente. Con los años, he aprendido a ocultar lo que me hace débil, para evitar que la gente lo pueda utilizar en mi contra.

El agobio en el pecho comenzaba a ser más profundo, me dolía la garganta por procurar dejar de llorar. Intentaba hacer respiraciones profundas para tranquilizarme, pero no estaba surtiendo efecto.

Sentí la necesidad de erguirme con el cuerpo hacia delante para coger mejor el aire. Siento entonces que su mano pasa a estar apoyada en mi espalda. - ¿Necesitas algo? -dice en bajo. -

𝒓𝒊𝒈𝒉𝒕 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏, 𝒘𝒓𝒐𝒏𝒈 𝒕𝒊𝒎𝒆 - joseph quinnWhere stories live. Discover now