—Luces hermosa, Amy. —aseguré, acomodando los rizos detrás de sus orejas y le besé la mejilla. Ojalá pudiera verse como nosotros la veíamos—, irá tu Tay-Tay, ¿verdad?

—Yo que sé—Enzo y yo la miramos con la ceja enarcada, sin creerle en absoluto esa respuesta porque la conocíamos como si la hubiésemos parido, por lo que resopló indignada—. Bien, si lo sé. Me dijo que quería verme.

Sus ojos brillaron.

—Antes que me digan algo... —se adelantó, interrumpiéndonos—. Sé que cometí un grave error con él, ¿sí? Sé que lo lastimé y fui una perra. Pero creo que esta vez será distinto... He madurado un poco.

—Muy poco diría—le pegué un codazo a Lorenzo, quién rió por nuestras caras—, va, estoy bromeando. Se nota que quieres al cabrón ese, solo dejen que todo fluya.

—Es lo más decente que te he escuchado decir en todos estos años, Enzo.
























—¡MAY-MAY!—escuché el chillido de Maddy quién me hizo voltear hacia la mesa donde todas las chicas se encontraban

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.














¡MAY-MAY!—escuché el chillido de Maddy quién me hizo voltear hacia la mesa donde todas las chicas se encontraban. A diferencia de nosotros, ellas se habían reunido en mi casa por lo que vi a mi hermana temprano en la tarde.

Vestía el conjunto brillante que le ayudé a escoger el otro día y había amarrado su cabello. Lucía preciosa, al igual que todas.

—¡Hey!—las saludé moviendo mi mano, provocando que Amy y Enzo también se acercaran. La primera le robó el vaso a Cassie para darle un sorbo mientras el segundo se apoyaba en el respaldar de Maddy, con una sonrisa triunfante. Cabrón.

—Lucen todos tan bonitos—admitió Mads, pellizcando la mejilla de mi mejor amigo. Entrecerré los ojos en su dirección, advirtiéndole que no se pasara de gracioso.

—Ustedes igual están hermosas—les guiñó un ojo.

—¿Cómo te encuentras, Rue?—jugué con uno de sus mechones rizados. Tenía las manos cruzadas sobre su regazo y la mirada pegada en ellas, pero en cuánto le hablé, prestó atención y sonrió de manera nostálgica.

—Estoy bien, May. ¿Tú?—carraspeó. Observé a su lado, se encontraba Jules texteándose con alguien y sonriendo como una tonta enamoradiza. Poco a poco podía entender el porqué de la mala cara de Rue—, le dije a Gia que viniera, pero no quiso.

𝗦𝗢𝗙𝗧𝗖𝗢𝗥𝗘 ━━━ ashtray.Where stories live. Discover now