21 •Cada bocado•

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El salón, grande y colorido, estaba decorado con candelabros preciosos, y había invitados vampiros aún más preciosos.

Yo me quedé en la terraza, mirando al horizonte con una copa de vino en la mano.

«¿Estará bien que me quede aquí toda la noche?» me pregunté mentalmente. «La verdad es que me invitaron, así que espero no estar fartándoles el respeto» continué con mi charla interna.

Me puse a pensar en lo que me había dicho Eden antes de que llegáramos.

"—No te preocupes, Silegransy. Yo te ayudaré. Quédate conmigo, y todo estará bien.

—No estoy tan nerviosa, ¿sabes?

—Pero... es probable que los demás invitados no te dejen tan tranquila —admitió. Yo solo lo miré hablar—. Pero dudo que te vayan a hacer daño: después de todo, eres empleada de la mazmorra. ¿O acaso lo dices porque no te soy de ayuda?

—No, no es eso —negué—. Muy bien. Entonces, por favor, quédate a mi lado.

Le había sonreído.

—Excelente. Sabes que puedes confiar en mí.

Había respondido con una sonrisa, también."

«Puedes confiar en mí» Eso dijo. Pero desde que llegamos, Eden está ocupado con órdenes de Dayn.

«Dayn es muy exigente, vinimos hasta aquí para la fiesta y...»

Paré.

«¡Ah, ese es Eden!»

Miré por las ventanas de la puerta de la terraza y vi a Eden. Parecía estar buscando algo. Pero entonces, se le acercaron unos cuantos vampiros y le ofrecieron una copa de vino.

No la rechazó. Supongo que esta vez no vino a trabajar. Pero alguien debería decirle que ya bebió suficiente.

El salón de la fiesta.

Para cuando me fui de la terraza en busca se Eden, los otros vampiros ya se habían ido.

Eden debió haber tomado bastante; tenía los ojos rojos y parecía estar ebrio.

—Tú... ¿Silegransy? —preguntó cuando me vio.

—Me alegra que al menos puedas verme.

—Por supuesto que puedo. Jamás... te confundiría con alguien más —sonrió—. ¿Dónde estuviste? Te busqué por todas partes. Pero no te encontraba, así que empecé a preocuparme.

—Sé que estabas ocupado haciendo cosas para Dayn —digo, para que sepa que entiendo.

—Sí. Por lo general, cuando vamos a estos eventos, tengo que ocuparme de muchas cosas —cambió el tema de repente—. ¿Estuviste sola todo este tiempo? No te pasó nada, ¿verdad?

Eden, notablemente entonado, parecía estar listo para hacerme un chequeo completo.

Pero yo no estaba lista para soportar algo así. ¡No en frente de los demás!

—No pasó nada —aseguré—. Tan solo estuve en la terraza todo el tiempo.

Pareció calmarse.

—Ah, ¿en la terraza? Ya veo. Por eso no te encontré allí dentro.

—¿Estás bien? —le pregunté— Parece que tomaste unos cuantos tragos.

—Sí. En estás fiestas, solemos beber sangre. ¿Será que prepararon algo más porque venias tú? Calculo que ese vino era para ti.

Blood Kiss [Un romance vampiro]Where stories live. Discover now