15 •No puedo soltar•

81 8 31
                                    

En el pasillo reinaba un silencio de muerte, pero, aun así, Dayn no nos dejó ir.

—Explíquenme... —se veía más pálido que otros días—. ¿Por qué toda esta discusión?

—No fue nada —respondió rápido Dana—. No tienes de qué preocuparte.

—Dana, no puedes...

Eden intentó detener a Dana, pero ya era muy tarde.

Dana y yo nos quedamos mirando a Dayn.

—Dana —empezó Dayn, mirándola—, este lugar es mío. Lo sabes muy bien, ¿verdad?

Me molesta que ella siempre me busque pelea, pero...

—¿Por qué sientes tanta curiosidad por lo que charlábamos? —decidí intervenir.

—A mí no me pareció una simple charla —insistió Dayn. Su atención estaba en mí, y su mirada clavada en mis ojos.

Al parecer, los vampiros no tienes problemas con el contacto visual, porque no despega su vista de la mía. La mayoría de los humanos no aguantamos el contacto visual. Depende la persona.

Pensé rápido qué decir. Tengo que hacer que me crea.

—Lo único que me dijo fue que tenga cuidado de que no me muerdad, ¿no es así?

Miré a Dana para que me diera la razón. Entendió todo con mi mirada.

—Exacto. Ya pasó antes —le dijo a Dayn—. ¿Estás completamente seguro de que no volverá a ocurrir lo mismo?

Dayn no respondió, pero pareció que la distracción había funcionado. Hasta parecía como si estuviera satisfecho con la conversación.

—En fin —Eden decidió acabar con el nuevo silencio que se había creado—. Dayn, ¿no estás en la otra oficina a esta hora? ¿Qué haces en la mazmorra? Podrías haberme llamado y yo hubiera ido.

Dayn introdujo su mano en el bolsillo de su pantalón.

—Reúne a todos los encargados en la sala de reuniones. Tenemos que hablar.

—Todos menos Ruel. Hoy tiene otros asuntos que atender —informó Dana.

Escuchar su nombre, me hizo recordar todo de los días anteriores. Ahora que recuerdo, ¿enserio estuve encima de Ruel? Todo me parece poco creíble.

—Está bien —Eden habló—. Entonces llamaré a Gray.

—Dayn, yo también seré parte de la reunión, ¿verdad?

Había levantado la mano para preguntar, pero Dayn se quedó mirándome, y luego se fue.

—¿Eso es un sí o un no?

Pregunté a nadie en particular, pero Eden contestó:

—Creo que sería buena idea que vinieras.

—Mmm, ¿de verdad? —dudé un momento—. Si tú lo dices...

—Silegransy —empezó mirándome y con una pequeña sonrisa en su cara—, incluso si no fuera por mí, sé que igual irías tras Dayn.

Reí y él también. Su risa fue poca, y se escuchó ronca.

—Bueno, supongo que sí... —admití—. Pero a fin de cuentas, no tengo muchas opciones. Todo el mundo parece estar muy a gusto aquí, pero, después de todo, también es mi lugar de trabajo. Dayn es mi jefe, y yo soy su empleada.

No sé ni por qué dije eso.

—Entonces, ¿yo qué soy?

Preguntó Eden, con una tono suave. Agradezco que no hizo preguntas por lo que dije antes.

Blood Kiss [Un romance vampiro]Where stories live. Discover now