14 •Estremecimiento•

101 7 78
                                    

Sorpresa no tan sorpresa.
Doble actualización.

—¿Estás diciendo que yo lo hice?

—Por supuesto. ¿Crees que haría algo así a mi edad? —me mira, mientras yo estoy muy sorprendida/confundida—. Mírame a los ojos. Tengo todo el cuello hecho un desastre.

Cuanto más me despertaba, más me daba cuenta de que la habitación parecía la escena de un crimen.

Ruel tenía mordidas, y había sangre por todas las sábanas y las almohadas.

—Será mejor que me expliques qué sucedió, Silegransy —en momentos su voz se notaba molesta—. Esta es mi sangre, así que no estoy dispuesto a dejar que pase así como así.

¿Debía decirlo? Mejor no.

—No tengo ni idea. ¿Acaso no te das cuenta por mi cara?

—Silegransy, estoy seguro de que sabes lo que te pasó —hubo silencio, mientras miraba el desastre que estaba hecho en esta habitación—. Aun así, vas a fingir que no sabes nada de nada, ¿verdad?

—Te digo que no tengo ni idea de qué sucedió...

—Mentirme no te va a servir de nada. En otras circunstancias, ¡aceptaría agradecido la situación!

Su tono cambio. Su grito no pareció de rabia, sino de desespero.

Silencio.

Ruel me miró y luego hizo gestos hacia la nada.

—Muy bien, déjame salir y hablaremos, Silegransy. ¿Cuánto piensas quedarte sentada encima de mí?.

Caí en cuenta. Seguía estando sentada en sus piernas. De frente a él. A este punto veía su cuello hecho un desastre de mordidas. Su cercanía me hizo sentir incómoda.

—Ah, eh... lo siento.

—Bueno... puedo darme una idea de lo que pasa con solo mirarte. Salgamos afuera, Silegransy.

Me levanté de encima de él. Esta sí que era una situación incómoda.

Después recordé algo.

—¿Vamos a salir? ¿Y si Dayn se entera?

—Eres una cosa de otro mundo... ¿te pones a pensar en él en esta situación?

—Pero es el presidente, ¿no es el dueño del edificio también?

—¿Tienes miedo de que Dayn te descubra? ¿O acaso le temes a que cambie de humor?

—Ahhh, ¡está bien, vamos!

Suspiró —¿Tan difícil es irnos y ya? Deja de balbucear y ven conmigo.

—Espera, estoy con la ropa de dormir. Tengo que cambiarme.

—Te prestaré algo para que te pongas. Estoy seguro de que te quedará bien y estarás abrigadita...

—¿Qué? Oye, ¡¿cómo podría ponerme tu ropa?!

—Bueno, como tú quieras —se encogió de hombros—. Ven así como estás, entonces.

—Te juro que me vengaré por esto...

—Mientras no me vuelvas a hacer sangrar, ningún problema.

Sin más opción, me puse rápidamente la ropa de Ruel.

—Dudo que vayas a pescarte un resfrío con esto.

—Tonto —caminé hacia afuera—. Bueno, vamos.

Fuera de la residencia.

Estaba abrigadísima con la ropa que me había prestado Ruel, pero aún podía sentir en viento frío que soplaba.

Blood Kiss [Un romance vampiro]Where stories live. Discover now