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Capítulo 7

HENRY

—Arlene es una buena chica, no la dañes y quedate quieto de una vez— dijo Clyde.

Estábamos en el cementerio, yo miraba fijamente la lápida de mi Vivian mientras él estaba a mi lado, molestando, como siempre.

—Yo no quiero hacerle daño a Arlene.

—Yo sé cuál es tu plan.

—Y ya te dije cómo termina dicho plan.

—Sí, tú como un héroe. ¿Qué pretendes?

—Clyde... yo era un enfermo, un psicópata... yo... yo debí morir aquel día, pero el karma quería afincarse conmigo quitándome al ser que yo más amaba, y mis piernas.

>>Mi estado mental era horrible, estaba traumado, loco, literalmente... pero... mi cómplice en todo esto...

—Es decir, mi madre.

—Sí, tu madre. Ella hizo lo posible por curarme, por buscar los mejores psiquiatras y tratamientos, y gracias a ella y a dios hoy estoy aquí, vivo.

—¿Y?

—No quiero hacerle daño a Arlene, solo quiero protegerla porque la quiero.

—No, tú no quieres a nadie.

—Quiero a Arlene, a tu madre y a ti.

—No vuelvas a mencionar a mi madre.

—¿Por qué no? Ella es un sol.

—Si ella me hubiera querido aunque sea un poco, no me hubiera dejado en manos de un psicópata como tú cuando tenía 8 años.

—Y ahora estás aquí junto a mí, y me quieres.

—Solo te soy leal.

—¿Y por qué me eres leal? Porque me quieres, al igual que tu madre. No los doy dinero ni nada a cambio, pero aún así están conmigo.

—Mamá te ama, siempre te ha amado. Y yo...

—Tú todavía tienes la teoría de que tu mami y yo tuvimos una aventura y eres producto de eso.

—No es cierto.

—Claro que es cierto, crees que soy tu padre.

—No vuelvas a decir una tontería como esa, yo no soy un psicópata como tú.

—¿Hoy verás a Arlene? ¿O no?

—Pues sí.

—Y le hablarás sobre...

—Sí.

—Pues bien, eso te convierte en psicópata— me di la vuelta y lo miré.

Ese estúpido no se parecía en nada a mí, era más bien una copia de su madre. Cabello rubio, ojos verdes, mismas facciones... atractivo como ella.

Pero en cuanto al carácter era idéntico a mí, porque yo lo crié, no porque realmente era su padre.

Él puso una expresión de enojado pero la cambió enseguida, volviendo a su temperamento normalmente serio.

—Jura que no le harás daño a Arlene.

—¿Estás enamorado de ella?

—Jura que es cierto que la quieres y estás arrepentido por todo.

—Vamos a la iglesia y no perdamos el tiempo. Algo me dice que Camille y Thaniel están a punto de buscarme.

—¡¡JÚRALO!!

Caos PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora