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Antes de empezar a leer:

Quería decirles que la chica de la foto de arriba es nuestra hermosa Viv. Así la imagino yo, ustedes puedes imaginarla como quieran.

Fin del espacio publicitario.

Capítulo 5

Ha pasado una semana desde que fuimos a la galería. Una semana desde que conocí a la molesta novia de Thaniel y una semana desde esa rara conversación con Ryder.

Cuando iba a responder lo último que me dijo, Elisa y Albert se acercaron a nosotros dando saltitos. Desde entonces no he hablado con Ryder.

Hoy es Domingo, son las 9 de la mañana así que decido bajar a desayunar. Cuando llego a la cocina, el señor Evans—aún no me acostumbro a decirle Joseph— me sonríe y se pone de pie.

—¡Viv! Buen día.

—Buenos días, Joseph.

—¿Cómo dormiste?

—Bastante bien, gracias por preguntar.

—Ya hace dos semanas que vives aquí ¿Te has sentido cómoda?

—La verdad sí, muchas gracias por todo.

—Ryder me dijo algo de ti— pronuncia, toma asientoy yo hago lo mismo.

—¿Qué cosa?

—Según él, te ha notado algo triste y cabizbaja.

Maldición, Ryder seguramente es brujo.

Es verdad, he estado triste porque me hace falta mi familia. El cambio de ambiente me está afectando.

Sin embargo, no pensé que Ryder o alguien lo notaría.

—Solo... extraño a mi familia— digo en voz baja.

—Supuse que era eso, así que te tengo una sorpresa para remediarlo.

—¿De qué habla?

—Voltea— ordena y le hago caso.

Volteo hacia la entrada de la cocina y casi empiezo a brincar de la emoción al ver a Amy y a Helen ahí, de pie, mirándome.

Suelto un gritito y me pongo de pie, corro hacia ellas y las abrazo como si no las veía desde hace mil años.

Nos separamos y una lágrima rueda por mi mejilla.

—¿Qué hacen aquí? Dios, no puedo creerlo— digo emocionada.

—El señor Evans nos ha invitado, nos quedaremos tres días— responde Helen y me volteo hacia Joseph.

—Muchas gracias, Joseph, de verdad.

—Tranquila Vivian. Me retiro para que hablen tranquilas— se pone de pie y se detiene cuando pasa por nuestro lado—. Ah, Elisa y Albert vienen en un rato— por fin se aleja de nosotras.

Nos sentamos en el comedor para estar más cómodas y empezamos a platicar.

—¿Quiénes son Elisa y Albert?— cuestiona Helen.

—Son los sobrinos del señor Evans. ¿Cómo están? Me alegra tanto verlas.

—Pues yo estoy ansiosa de ver a Thaniel o a Ryder— murmura Helen.

—¡Helen!

—¿Qué, Amy? Tú también fantaseas con uno.

—Solo con Thaniel.

Caos PerfectoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt