Extra 1

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Antes de leer: Es un extra sobre cosas sucedidas antes del epílogo, es decir, cuando la muerte de Viv estaba muy reciente.

Amy Wals.
Día de la muerte de Vivian.

Frederick iba manejando el auto y yo iba en el asiento del copiloto, mirando por la ventana como cada vez nos alejamos más de Hanwell para volver a Sindwill.

No podía con la felicidad que sentía en ese momento. Helen me había llamado para que fuera al psiquiátrico que era de mis padres, y ver a Viv ahí... verla y saber que estaba viva... Dios, el mejor día de mi vida.

Realmente no me lo esperaba, estaba tan convencida de que mi hermana estaba muerta por culpa de Henry, y resulta que no, fue la mejor sorpresa de toda mi vida.

Y encima, después de tantos años, vimos a Camille, o Bear, como sea que quiera que le diga. Y era una versión mil veces más hermosa que mi madre.

—Deja de sonreír tanto— murmuró Fred y lo miré.

—Estoy muy feliz, es inevitable.

—Sí, yo igual— él suspiró—, nuestra pequeña hermana... está viva.

—Las dos, Camille también. Ahora, sin papá y mamá... seremos una hermosa familia. Tú con Lilith, Vivian y uno de los guapos hermanos Evans, Carlos y yo... además ya casi nace mi bebé... ¡Qué alegría!

—¿Sabes? Hubiera querido traer a Viv con nosotros, porque me dolió mucho dejarla en ese psiquiátrico.

Las palabras de Fred me pusieron a pensar, así que decidí quedarme callada.

Lo importante era que Vivianne estaba viva, y tarde o temprano la llevaríamos a casa con nosotros.

Unos minutos más tarde, un escalofrío extraño recorrió mi piel y me abracé a mí misma por la rara sensación, pero ignoré la sensación y decidí no decirle a Fred, con mi embarazo se preocupaba por todo y seguro me llevaría a un hospital por esa tontería.

—¿Quieres manejar? Ya estoy algo cansado y faltan unas cuantas horas para llegar a casa— él rompió el silencio.

Nos cambiamos de asientos y empecé a conducir. La noche llegó y noté que se quedó dormido en su lugar, así que aproveché para llamar a Carlos— quien no pudo venir por asuntos del trabajo— y le di la noticia de que Viv estaba viva.

Luego de hablar un poco con él, colgamos y dejé el teléfono sobre la guantera. Todavía sentía ese raro sentimiento, como si fuera un mal presagio, así que cuando el teléfono volvió a sonar indicando una llamada me sobresalté.

No entendía por qué mi mano temblaba al coger el teléfono. Se trataba de Diana Evans. Atendí y miré al frente la carretera vacía para seguir conduciendo.

—¿Diana? ¿Todo bien?— pregunté y al escucharla sollozar mis alarmas de dispararon.

—Eh... Amy... pasó algo muy... malo... pero prefiero decirle a Fred.

—Él duerme, dímelo a mí.

—No... en tu estado... no puedes recibir una noticia...

—¿Estás en el psiquiátrico?— fue la primera pregunta que hice.

—Sí... aquí estamos todavía...

—Ponme a Vivian.

—No...

—Pásame a Vivian.

—Amy...

Ella dejó mi nombre en el aire, y lo supe, supe por qué no podía comunicarme con la persona que más amaba en mi vida.

Caos PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora