Capítulo Quince: Beso con sabor a tarta de queso

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 –Si, es encantador. –ironizó Alex cogiendo un menú y ojeándolo.

 –¿Qué queréis tomar? –pregunté apaciguando los ánimos. Todos me miraron de distintas formas:

Alex amablemente, Daniel con burla y Elisa hastiada.

 –Yo me comeré unas crepes con chocolate. –dijo Alex cerrando el menú.

 –Yo también. –repitió Daniel haciendo lo mismo, me miró para que dijera algo.

 –Yo tomaré un capuchino. –anunció Elisa fingiendo una sonrisa cuando Daniel volteó a verla.

 –Ah, pues, yo me tomaré un batido de chocolate y un trozo de tarta de queso. – a la porra la dieta. Todos me miraron asombrados y Daniel se empezó a reír –. ¿Qué? –pregunté a la defensiva –. ¿¡Me lo merezco, no!?

 –Si, si, pero te vas a poner como una vaca. –me picó Elisa con una sonrisa de Mona Lisa –. Aunque es cierto que te lo mereces… –entrecerró los ojos y casi le tiro el servilletero a la cabeza.

 –Pues a mi me gustan las mujeres que tienen buen apetito. –argumentó Alex ignorando el comentario de Elisa. Yo le sonreí contenta.

 –Mmm, a mi también me gustan así… –carraspeó Daniel incómodo. Lo miré flipando. ¿En serio había dicho eso? Elisa abrió la boca, iba a decir algo, pero se calló. Entonces vino el camarero, muy elegante, y nos tomó carta.

Todos pedimos lo que dijimos excepto Elisa, quien, aparte del capuchino, también quería dos crepes con nata.

Cuando se fue el camarero me metí con ella.

 –¿No cuidas tu aspecto? Pues te vas a poner como una VACA. –sonreí amablemente y los dos hombres empezaron a reír. Ella frunció el ceño.

 –Por un día no pasa nada, ¿no? Al contrario que tu, seguro que ya has comido dulce por lo menos diez veces en esta semana. –escupió las palabras de forma no muy agradable que digamos. Los dos pararon de reír y miraron a Elisa mosqueados.

 –Elisa, te estás pasando. –advirtió Alex cogiéndome de la mano. Daniel carraspeó de nuevo mirándonos.

 –Oh, perdona, era broma, ¿no creerías que lo decía en serio, no? –rió con elegancia y fingí que me resbalaba lo que me decía.

 –No te preocupes… Oh, y ya sé que no te has pedido más comida porque te ha afectado lo que ha dicho Daniel. –me levanté de la mesa y me fui al servicio. No soportaba estar más en esa mesa llena de energía negativa. Elisa me estaba declarando la guerra, ¿pero por qué razón? Ella era la novia de Daniel, y yo era supuestamente su hermana, ¡no debía existir rivalidad!

Me lavé las manos y me miré en el espejo. Hombre, no es que fuera una modelo, pero tampoco estaba mal… quizá me sobraran unos kilillos, pero eso era todo. No estaba gorda, seguro que Elisa lo había dicho para molestarme solo.

Conviviendo con la Mentira © [Borrador]Where stories live. Discover now