Capítulo Nueve: Malas Noticias

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Capítulo Nueve: Malas Noticias.

Me despertó el sonido de unos golpes en la puerta. Medio adormilada, volteé mi cuerpo hasta dejar mi vista clavada en la puerta. Miré el reloj, eran las 12:00… ¿¿Las 12:00??

Me destapé rápidamente y sentí el fresco de la mañana. Diciembre era un mes muy frío y ya que dentro de dos semanas sería año nuevo, imaginaos el tiempo que hace. Bostezando, dije “Adelante” y alguien abrió la puerta. Era Rosa, quien me miró cariñosamente.

–Buenos días dormilona. Debes bajar a desayunar porque tienes visita. –anunció sonriendo. Yo, aun en mi mundo de los sueños, asentí sin comprender muy bien sus palabras –. Es el señorito Alex, quien viene con sus padres. –Al oír su nombre me despejé del todo.

–¿Para qué han venido? –pregunté alarmada.

–Dicen que quieren ver cómo van las cosas por aquí. Ya sabe, por eso de que están solos y quieren conocerte. –explicó ella como toda una chismosa.

–Gracias por avisarme, en seguida bajo.

Dicho esto, empecé a lavarme, más bien me duché porque tenía las braguitas mojadas, y no precisamente porque me haya orinado encima… Me sorprendió porque no había soñado nada raro, y me duché anoche antes de acostarme… ¡¡Estúpido Daniel!! Esta me la pagas, ¡bueno no que si no me castiga y no pienso repetir lo de anoche!

Me cambié una vez duchada y opté por una ropa sencilla: una falda blanca que me llegaba por encima de las rodillas, con unas medias transparentes y una camisa de manga larga y cuello cisne rosa. Me trencé el pelo castaño y me puse rimel en las pestañas. Al final, me calcé unas botas marrones claro y salí por fin…

Al bajar las escaleras, me encontré con la familia de Alex sentados en el salón principal hablando amenamente con Daniel, el pardillo. Verlos así de unidos, y mi familia… todo lo contrario, tenía una tía que ni se hablaba con mi padre y… nadie más – mi padre no cuente –. Claro Miriam, eres tú la que estorba en esta familia…

Con esos pensamientos, caminé hasta llegar a ellos y, en cuanto Alex me vio se levantó y se acercó a mi. Me dio dos besos y me saludó apropiadamente. Se notaba que estaba contento, aunque un poco molesto porque no hacía más que fruncir el ceño cuando miraba un punto, o más bien cuando centraba su mirada en Daniel, quien lo ignoraba completamente.

–Buenos días Miriam. –Saludó, supongo, la madre de Alex –. Soy Almudena, no sé si te acuerdas de mi, pero estuvimos hablando un poco en la boda de mi hermana. –anunció ella sonriendo. Me fijé en que tenía los ojos azules y el pelo castaño. Era una mujer muy bella a pesar de su edad.

–Buenas, si, lo recuerdo. – su padre se acercó.

–Yo me llamo Fran, encantado de conocerte. Estábamos deseando hablar contigo para conocerte mejor. –anunció despreocupadamente. Ojala estuviera como ellos, pero no, estoy temblando de miedo. ¿Y si descubren que mi padre no ama a Lidia? Me muero.

–Igualmente. –respondo educadamente. Miro de reojo a Daniel, quien finge ser feliz todo el tiempo, pero igual se nota que algo no anda bien.

–Mis padres insistieron en verte, así que aquí estamos. –susurró cerca de mi, Alex, quien me guiñó un ojo. Le sonreí y luego vi como Daniel me hacía indicaciones con la cabeza. No le comprendía al principio, pero luego lo pillé. No quería que estuviera junto a Alex. Ja, pues se comería una GRAN mierda.

Me junté aun más a Alex, quien aceptó gustoso mi cercanía. Aproveché que sus padres charlaban con Daniel sobre su madre y le dije algo al oído.

–¿Sabes que he elegido cinco canciones posibles para la prueba? –él sonrió. Y me contestó de igual forma.

–Muy bien, de eso quería hablarte. He pensado que podíamos quedar para, si quieres, ayudarte con todo eso. No es que sea un profesional de la música, pero he estudiado algunas cosas. –Sus ojos me miraron con dulzura y eso me hizo sentir bien.

–Pues… –miré de reojo a Daniel, quien tenía un ojo en sus tíos y otro puesto en mi. Ja, ja, ja, ¡¡mira qué bien me lo paso sin tii!!

–Bueno, Miriam, y, háblame de ti. –añadió Almudena esperando una respuesta. Tragué saliva.

–No es que tenga algo interesante que decir…, solo que estoy estudiando mi último año de Bachillerato, salud, y que ahora mismo, estoy de vacaciones de navidad. Me gustan los animales… no sé, soy bastante normalita.

–¿Y qué quieres estudiar? –preguntó, esta vez, Fran. Observé que Alex se parecía a su padre. Él era rubio y con los ojos marrones… Carraspeé incómoda ante esa pregunta. No es que no lo tuviera pensado, desde pequeña quería ser veterinaria, pero siempre me ha gustado la música, tocar instrumentos… todo ese mundo.

–Quiere ser cantante. –aseguró Alex sin tapujos. Lo miré asombrada. ¿Ellos sabían que él…?

–Anda mira, si tienes talento puedes entrar en la empresa que dirige mi hijo. ¿Qué te parece? Él captaba a los talentos rápidamente, mira a ese Ren, lo cogió cuando tan solo tenía quince años y ahora es todo un ídolo para las jóvenes. –rió despreocupadamente y no pude resistir mirar a Daniel, quien estaba hinchado del orgullo. Será tonto…

–Papá, va a hacer la prueba de ingreso, no te preocupes. Ya lo hemos hablado. –Fran ensanchó la sonrisa.

–Vaya, así que ya habéis hablado… os lleváis bien, así me gusta. ¡Una familia unida!

Me sentí horriblemente mal… si supiera lo que Daniel y yo estábamos a punto de hacer anoche, se le caería el poco pelo rubio que tiene…

Conviviendo con la Mentira © [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora