EN TU MIRADA

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Calle refunfuñó cuando el doctor le pidió que le dejara a solas con Poché. Al inició se negó a hacerlo pero la pelinegra le convenció recordándole que solo era para saber si estaba bien.

La castaña caminó de un lado a otro en el pasillo de habitaciones. Se empezaba a poner aún más nerviosa cuando su mente empezó a cuestionarse la clase de exámenes que le haría el doctor a su Poché. Trató de recordarse que no era grave. Que no era nada importante si en algún momento tuviera que quitarse la ropa su novia. Sí. Era solo un simple examen. La salud de Poché iba primero.

—— ¿Por qué demonios se tarda tanto?

—— Joven ama —— dijo Anne ——. Solo ha pasado un minuto.

Calle respiró hondo. La preocupación oprimía su pecho. La sola posibilidad de que algo grave estuviera sucediendo con Poché la estaba preocupando y ahí parada se sentía impotente.

—— Creo que debería calmarme. Ella estará bien. Estoy segura de que lo estará.

Anne asintió.

Solo unos minutos más y la puerta se abrió ante la castaña. El doctor le dijo que había tomado las muestras necesarias y que tendrían los resultados mañana a primera hora. Calle asintió y le pidió a Anne que le acompañe a la puerta. La mujer mayor asintió. Calle entró a la habitación donde Poché se encontraba.

—— ¿Ya puedo comer algo más que frutas? —— preguntó Poché haciendo un puchero.

—— Aún no tenemos los resultados ¿qué tal si es grave?

—— Amor, estoy bien. Siento que me dará algo sino como. ¿Qué tal si pides hamburguesa con patatas fritas y pizza?

—— No sabía que tuvieran un apetito tan fuerte.

—— Apuesto que eres culpable. No hemos pasado un día sin...—— Poché dirigió la mirada hacia la puerta para cerciorarse de que Anne no estaba ahí antes de hablar ——...hacer el amor. ¿No sería extraño que no tuviera apetito?

Calle río por el argumento de Poché y sacó el celular de su bolsillo para marcar al número que le había dado la rubia. Tras hacer el pedido, dejó el celular sobre la mesilla.

—— Por cierto; si no atrapamos a Olivia...

—— ...lo haremos.

—— Lo sé, pero en caso de que encontrarla nos tome mucho tiempo, quiero que nos casemos igual.

Calle no pudo ocultar su asombró ante esas palabras.

—— ¿Estás segura?

—— No quiero pasar toda mi vida así. Incapaz de moverme o ser feliz solo por temor a que ella aparezca y quiera lastimarme. Quiero seguir adelante contigo. Quiero usar mi vestido pronto.

Calle rió cuando Poché usó el tono de una niña pequeña al pronunciar las últimas palabras.

—— Nos caseremos entonces. Después de que obtengamos los resultados mañana, y después de cerciorarnos de que todo está bien, planearemos la boda.

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La mañana del día siguiente, el doctor ya estaba frente a ambas mujeres y no era para menos después de que Calle literalmente lo mandara ir a buscar de forma casi amenazante. Tanto la castaña como la rubia se mostraban extremadamente nerviosas, incluso cuando la expresión del doctor no reflejaba ninguna clase de preocupación.

—— Supongo que debería felicitarlas.

Calle y Poché intercambiaron moradas por un segundo sin entender las palabras que salían de la boca de ése hombre de pelo canoso.