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CAPÍTULO DOS

Calle bebió un sorbo de su licor. Estaba molesta y al mismo tiempo se recriminaba a ella misma por no poder contenerse. Ver a Poché tomada de la mano de ésa chica le hacía hervir la sangre, tanto que, de camino al lujoso bar en donde se encontraba, no dudó en llamar a la presidente del hospital. Ella en el pasado había tenido una buena amistad con sus padres. La familia Calle había sido un apoyo para que Happy Clínic tuviera todo lo que en el día podía presumir. Le pidió a la presidente que enviaran a Paula a otro lugar y tras recibir una confirmación por parte de la mujer mayor, trató de sentirse aliviada, pero no se sentía así. No mientras Poché siguiera rechazándola.

— Joven ama, cuando guste podemos irme.

Calle miró al hombre por un largo momento. Él había sido una de las personas con las que Poché se sintió cómoda. Ambos habían sido amigos por un breve tiempo. A lo mejor él podía darle alguna idea de lo que podía o debía hacer para reconquistar a Poché. Ella era lo único que necesitaba en su vida. Era lo único que amaba con todo su ser.

— Dime qué debo hacer.

Ramiro la miró con ojos sumamente abiertos. No entendía la razón de la pregunta; pero lo cierto era que, ver a la castaña en una situación así solo se debió a una persona.

Antes de que el hombre pudiera decir algo, la alta miró su bebida.

— Traté de arreglar las cosas, pero está dispuesta a alejarme. Yo... — Calle miró a otro lado cuando su voz se quebró y una lágrima se deslizó por su mejilla —, nunca quise que perdiera a nuest...al bebé. Estaba molesta, pero nunca lo habria querido.

— ¿Por qué no le dijo a la señorita Garzón lo que pensaba a cerca de tener un hijo?

Calle guardó un momento de silencio. Había pensado en hacerlo y pero eso no cambiaba la realidad. Cualquier hija que ella fuera a engendrar, cosa que no sabía que era posible hasta entonces, claramente iba a salir con su condición. Ésa iba a sufrir las burlas, la discriminación y el maltrato de las personas a su alrededor. Ni ella ni Poché iban a poder acompañarla a la escuela y velar por ella. No iban a permanecer a su lado en todas las actividades que tendrían en la escuela. Sabía lo que era ser molestada por una masa de estudiantes. No quería nada de eso para ella. Pero tampoco había formado parte de ella desear que Poché perdiera al bebé. Solo estaba asustada y por eso trató de alejarse.

— Porque ella trataría de convencerme. No dudaba que fuera amar a nuestro hijo o y hija como sea, pero...no todos iban hacerlo. A la larga, ella sufriría las consecuencias de mis actos.

— Si quiere reconquistar a la señorita Garzón, sería bueno que fuera un poco más amable. Quiero decir, tratar de ser menos posesiva y más romántica. Mostrar que realmente eres diferente.

Calle se pasó el dorso de la mano por la cara para limpiarse las lágrimas y bebió de un solo trago el licor.

La mañana del día siguiente, Calle se despertó con un dolor de cabeza tremendo. Apenas podía decir con claridad la hora exacta en que entró a la mansión. Había dormido en la habitación que últimamente había Estado compartiendo con Poché. La extrañaba más de lo que ella misma habría podido imaginar. La quería a su lado.

Bajó las escaleras e ignorando las palabras de Anne, sus pies la condujeron directamente a la cocina. Donde muchas veces había compartido fideos con Poché. Quería comerlos de nuevo.

— La joven ama llegó tardísimo y no parece que estuviera bien.

— Apuesto que Poché tuvo algo que ver. Siempre supe que era una mala hierba, pero como dice el dicho, cada uno recibe lo que se merece. Apuesto que pronto la señora Molly será la nueva novia de la joven ama.

EN TU MIRADAWhere stories live. Discover now