O5

4.4K 295 82
                                    


CAPÍTULO CINCO

La mañana del día siguiente, Poché se estaba cepillado mientras tenía el audífono en el oído tratando de ayudar a Sebastián sobre un paciente.

— Gracias por esa información. ¿Cuándo regresas? El hospital se siente realmente vacío sin ti.

Poché sonrió. Le parecía realmente gracioso que de pronto todos supieran cuan importante era ella.

— Aún me quedan dos semanas de vacío beso, no puedo desaprovecharlas — dijo la mujer y escupió la saliva con espuma de la pasta dental en el lavamanos.

— No puedo creer que esté aquí — escuchó la rubia de pronto la voz de su amiga — ¿quién se cree que soy? Ni siquiera es mi amiga.

— ¿Qué le ocurre a Paula?

— Parece que la duela de D-Tecnology la está buscando. De hecho, ahora que lo pienso, siempre está tratando de buscar a Paula y hasta ha ordenado que asciendan a su novio.

Poché guardó un momento de silencio. Lamentaba mucho que su amiga tuviera que lidiar con todo eso. Ella no le había dicho nada en absoluto y estaba segura de que tampoco sabía que la estaba escuchando.

El sonido del timbre la sacó de sus pensamientos.

— Debo colgar.

— De acuerdo. Muchas gracias.

Poché sonrió como si Sebastián pudiera verla y se deshizo del auricular. Caminó hacia la sala de estar y abrió la puerta.

— ¿Señorita Garzón?

— Sí, soy yo.

El hombre le entregó una caja. La rubia firmó antes de volver a la Sala de su apartamento y abrir el paquete. Era el vestido que pensaba lucir en cuestión de cuatro horas. De hecho, hacía mucho que no renovaba su armario, por lo cuál tomó nota mental de hacerlo la próxima vez.

Se tomó su tiempo para ducharse y maquillarse. Fue un proceso largo pero productivo. En cuanto estuvo lista, salió de casa y el taxi que había pedido ya estaba esperando por ella abajo del edificio. Poché subió al auto y el taxista le condujo a su destino. El club era famoso en Nueva York. Era elegante y conocido por un lugar donde frecuentaban muchas personas importantes e incluso celebridades. Antes de ver la vida desde un punto de vista diferente, siempre había deseado visitar ése lugar y conseguir autógrafos de alguna celebridad. Sin embargo, está vez solo quería pasar una noche agradable.

Se acercó a la barra e hizo un pedido. Por un momento pensó en beberse algo fuerte, pero recordó que era mala con el alcohol. Pues lo que menos deseaba era amanecer en la cama de alguien más y peor aún, que se tratara de un psicópata. Así que pidió un mojito sin alcohol. El hombre detrás de la barra no demoró en poner su pedido frente a ella mientras le miraba con una expresión de ligue.

— Eres hermosa — dijo el hombre —; a puesto que no eres de por aquí.

Poché no supo si aquellas palabras eran exactamente para ella, y si así fuera, debía admitir que estaba logrando su objetivo, aunque en el fondo no se sentía capaz de continuar con  ése plan como lo planeaba.

— Am...solo estoy de paso.

— ¿Es posible que podamos quedar fuera de ése lugar?

Poché no supo qué responder. Nunca había tenido que actuar de forma coqueta con nadie, de hecho, ni siquiera tenía idea de cómo serlo.

— En realidad suena bien, pero...

— ...déjame adivinar, estás ocupada.

Su boca casi suelta un “sí”, pero se recordó a ella misma que no lo estaba. Que podía aceptar ése y más números de todos los chicos de los Ángeles.

EN TU MIRADAWhere stories live. Discover now