Capitulo 3. No te vayas

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Cuando apenas Helena entró en la habitación, pudo ver a su padre dormido en la cama que se encontraba cerca de la ventana. Con cautela se acercó a esta y se sentó en un taburete que estaba al lado.
Por breves minutos observó a su padre y su preocupación desapareció gradualmente; ya no tenía las vendas en la cara, ni tampoco tantas heridas como antes. Su estado de salud iba mejorando poco a poco según le había explicado Bárbara, pero a pesar de eso, seguía en cuidados intensivos por si tenía una recaía, los médicos no confiaban que su estado de salud fuera el más estable en estos momentos y por esa razón lo mantenían en observación. Con delicadeza tomo su mano y la entrelazó con la suya y ese pequeño tacto fue lo suficiente para que el abriera sus ojos con dificultad.

-¿Helena? - preguntó cuándo la diviso

-Si papá, estoy aquí- le respondió con una sonrisa

El soltó su agarre, para acariciar su mejilla de forma paternal. Lo que género que a ella se le cristalizaran los ojos - Mi niña- exclamo y en sus palabras se podía escuchar el alivio que le daba verla sana y salva. Desde el momento en que había despertado, había estado preguntado por ella muy asustado. Temía que Galván se la hubiese llevado de nuevo y al verla allí con él, toda esa angustia y preocupación desaparecían por completo.

-Me alegra que estés bien.  

-A mí también me alegra que estés bien papá. Y que estés mejorando, me asustaste mucho. Creí que te perdería también.  

-Helena, hija- exclamó entre risas mientras apartaba su mano de ella – Hace falta más que un hechicero vengativo para terminar con tu padre.

Su risa contagio a Helena. Desde que había vuelto a vivir con su padre se dio cuenta que con los años el había  desarrollo un sentido del humor, el cual lo hacía lanzar chistes sin sentido o palabras graciosas llenas de orgullo.

-Se ve que, si eres un De Ambrosía, ese orgullo heredado te delata.

-hash, no me lo recuerdes- se quejó – Aunque debo admitir que por más que he querido escapar de eso, al final terminó envolviéndome por completo.

-Nunca supe porque estabas en desacuerdo con el abuelo-
Helena pensó que si seguía esa conversación podría encontrar el momento adecuado para decirle la mala noticia. -La abuela siempre me dijo que era porque ambos tenían formas de pensar muy diferentes. Pero nunca supe el verdadero motivó.

-Escucha Helena, es un tema complicado. No quiero hablar de tu abuelo en este momento- dijo seriamente – Y mucho menos de mi relación con él.  Mejor cuéntame lo que ha pasado contigo estos meses que estuve inconsciente.

Ella suspiró al sentirse rendida, tal vez ese no sería el mejor momento para hablar de la situación así que se dispuso a contar sus experiencias en esos meses.

-Bueno. He conocido a Jim- exclamo con una gran sonrisa.

Al escuchar eso su padre cambió su mirada por una de asombro por lo que había escuchado, sus dos hijos se habían conocido. Pensó en hablar sobre el tema, pero ella siguió contando sus vivencias sin importarle su reacción tan repentina – No tienes idea de lo genial que es; es listo, amable, no se molestó cuando se enteró de mi existencia, más bien se alegró- su voz reflejaba alegría y entusiasmo, actitudes que no veía en ella desde que Galván la había capturado. -  Y Bárbara es una mujer increíble, me ha apoyado mucho con toda esta locura que ha estado pasando. Han sabido recibirme y la verdad; es algo que apreció mucho. Supiste elegir papá- añadió con orgullo – Lastima que luego los dejaste.

-Helena, Nunca me dejaste contarte la verdad - respondió serio y apenado 
–No los abandone por que quise irme – añadió - El día en que Jim estaba cumpliendo cinco años, fue el mismo día en que Galván me capturó.

Nos volveremos a encontrar Parte II  (Relatos De Arcadia)Where stories live. Discover now