Final. Treinta y tres, cuarenta y siete

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—Necesito que acomodes el salón

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—Necesito que acomodes el salón.

Fue lo único que dijo Soolhyun antes de salir por la puerta y tomar el coche. Yoongi alzó las cejas y dejó de lado su home office para poner manos a la obra. Supuso que si bien no había vuelto a ver a Namjoon y a Jungkook luego de una semana de lo sucedido, era posible que al cabo de un tiempo volvieran a aparecer ahora que trabajaban juntos.

Logró ponerse nervioso con sus pensamientos, jamás había sabido como fingir que no sabía nada en situaciones de ese estilo.

Los niños en viaje de campamento le facilitaban la tarea de encargarse del desastre por lo que al cabo de media hora, la casa estaba ordenada.

No había vuelto a escuchar de Seokjin, no desde que le reclamó a su mujer que se disculpara por su actitud descortés esa noche. No sabía nada de si lo había buscado o simplemente su esposa había tomado cartas en el asunto.

Trataba de no pensar en ello.

Devolvió sus ojos al reloj de la cocina para calcular el tiempo que se había tardado y dió con la idea de que se acercaba la hora de la cena. Decidió preparar carne y pasta para cenar.

Apoyando los platos blancos y copas cristalinas con vino, espero por algún movimiento de la puerta principal. Y así lo hizo.

Pero quién entro no era esperado en esa noche tan monótona. Soolhyun entró tras él y lo invitó a pasar, tomó un plato y otra copa para apoyarla a un lado de ella y sonrió a su esposo.

—No lo mires así, sé cortés.

Yoongi salió de su trance y se levantó para darle la mano. Mano que hace una semana había rodeado su sensualidad.

—Bienvenido, Seokjin.

Se sonrieron mutuamente. Yoongi tragó duro ante esos ojos oscuros.

—¡Ahk-!— Seokjin llevó una mano a su boca, atrapando aquellos gemidos que querían revelar lo que sucedía allí adentro y con la otra, sostuvo su abdomen

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—¡Ahk-!— Seokjin llevó una mano a su boca, atrapando aquellos gemidos que querían revelar lo que sucedía allí adentro y con la otra, sostuvo su abdomen. Se empujó en él, sobre su piel caliente e hizo rechinar nuevamente la lavadora sobre la cuál se encontraba profanando el cuerpo del menor.

Yoongi rasguñó la ropa limpia doblada sobre el electrodoméstico y trató de acallar sus gemidos fuertes y placenteros de tenerlo otra vez dentro suyo. Dos dedos se metieron en su boca y salivó estos, sucio y sensual, besándolos agitado.

Seokjin se hundió en su cuerpo, moviéndose sobre él como una serpiente que inyectaba su veneno sobre su presa y con gran paciencia se deslizaba sobre esta para devorársela poco a poco.

Acabaron luego de unas embestidas y choques de lavadora contra la pared.

Yoongi se volteó, besándolo necesitado, necesitando más de él, como si fuera el muchacho de dieciocho que lo había conocido hace quince años y un profesor que había entrado hacía no más que dos semanas como suplente. Lo besó como si se encontraran nuevamente en su coche en el estacionamiento del instituto y le hubiera rogado al profesor que lo hiciera suyo por que ya no podía seguir fantaseandolo por las noches.

Sin dejar que Yoongi huyera despavorido como la vez anterior, lo subió nuevamente sobre la lavadora y llevo su miembro a su lengua caliente para seguir consumiéndolo, consumiéndose en él y obteniendo más de su néctar, dulce y apreciado.

—Debemos salir...— Dijo jadeando, sabiendo que lo decía más por compromiso que por deber. —Mi mujer esta en la sala, debemos volver.

—Sabes que piensa que me estás mostrando tu colección de Whisky's.

Soltó otro jadeo al sentir su boca caliente sobre él.

Seokjin se había vuelto un amigo de la casa. Yoongi estaba bien con eso.

Por que al final del día, sabía que luego de fingir ser grandes amigos, volvería a meterse entre las sábanas con aquel señor que lo había hecho pecar más de una vez y unirían sus cuerpos a las espaldas de una sociedad que ni en sueños aceptaría aquello que esos dos hombres llevaban a cabo.

Yoongi estaba bien con eso.

Yoongi estaba bien con eso

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¡Y terminooooo!

Si llegaron hasta acá, gracias por leer, fue algo que me salió de corrido luego de bastante tiempo y estoy feliz con el resultado. Quería mostrarles esta parte de mi que ama escribir cosas fuertes y sensuales, espero ustedes también amen estos escritos.

Si les gusto, déjenme un voto aunque sea para llegar lejos <3 Les quiere mucho, su escritora.

Abrazos virtuales.

SINNER | JinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora