𝓟𝓪𝓼𝓪𝓭𝓸 𝓹𝓻𝓮𝓼𝓮𝓷𝓽𝓮, 𝓯𝓾𝓽𝓾𝓻𝓸 𝓲𝓷𝓬𝓲𝓮𝓻𝓽𝓸

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-Es asombroso, ¿Esa es su verdadera identidad?

El no ser sensor, y no poner atención a tus alrededores, sea porque te confías o porque no se te ocurra, tiene desventajas. Sobre todo en la noche. Kabuto y Baki lo sabían muy bien.

-¿Estás seguro de esto? Ese chico es de Oto 

-Sí. Ya no lo necesitamos -replicó desinteresadamente el albino.

-Pensé que lo querían para comprobar la fuerza del tal Sasuke. -el moreno arqueó una ceja, pues sabía que no era precisamente propio de aquellas personas tan cuidadosas deshacerse de una pieza útil con tanta simplicidad.

Sin que alguno de ellos se diera cuenta, dos sombras se colocaron discretamente a ambos lados del edificio en el que mantenían su reunión clandestina, escuchando y analizando la información que les era proporcionada.

-*¿Qué hace con alguien de Suna?* -se preguntó Hayate Gekko, procurando mantenerse fuera del radio de detección de aquellos dos, suprimiendo su chakra y silenciando cualquier ruido que pudiera hacer.

 -Ya no es necesario -suspiró el infiltrado, con esa sonrisita astuta que tan bien se le daba- Recibí la orden de secuestrar a Sasuke-kun, pero resulta que fracasé.

-¿Cómo dices? -el mayor se alarmó, aunque la experiencia en el campo de batalla se encargaría de disimularlo fácilmente.

Kabuto solo se encogió de hombros, sin mayores preocupaciones, al tiempo que recordaba aquel encuentro que tuvo con Kakashi Hatake, en la sala del hospital.

-Sí

Flashback

-¿Podrá hacerlo alguien como tú?

El sello maldito de Sasuke acababa de ser suprimido por Minato. Los ninjas médico se habían encargado de los efectos secundarios que dejaba el portar tres sellos al mismo tiempo en un solo cuerpo, más las heridas de su combate y las que recibió en el Bosque de la Muerte, dejando como resultado el tenerlo en cama con varias sondas y una mascarilla.

Kabuto había aprovechado para terminar con todos los ANBU escolta que el Sandaime y el Yondaime habían asignado para protegerlo. Observó al pelinegro, recordándose a sí mismo años atrás, cuando recién había sido acogido por Orochimaru. Sacó un bisturí perfectamente afilado. Verdaderamente había sido una desgracia el que el Sannin de las serpientes hubiera puesto el ojo en ellos.

-¿Quieres que lo comprobemos?

Kakashi había llegado en el momento preciso para evitar que ocurriera un asesinato en el lugar. Minato no era tan ingenuo como para creer que Orochimaru se quedaría tranquilo después de aquella visita en la habitación de sellado, así que ordenó a su mano derecha que estuviera alerta y rondando el lugar, en busca de cualquier cosa sospechosa por parte del Sannin. Evidentemente no había errado en su deducción.

-Eres un mocoso muy egoísta -espetó el Jōnin, finalmente apuntando a su menor con un kunai, listo para atacarlo cuando bajara la guardia- No te burles de los adultos.

-No seas tan arrogante -devolvió el de Oto, alzando su arma a la vez, con la diferencia de que esta tenía una ligera torcedura en la punta- Yo tengo la ventaja en esta situación.

Antes de que el chico pudiera concretar su amenaza, Kakashi se movió tan rápido como pudo, obligándolo a soltar el kunai y haciéndolo caer lejos. Hubo un momento de intrincada lucha entre ellos, hasta que el espía logro despistarlo haciéndose pasar por el cadáver de uno de los ANBU y escapando por una ventana.

Fin del flashback

-Ya saben que soy un esbirro de Otogakure. -terminó, con una mano sobando su nuca, en señal de vergüenza.

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⏰ Última actualización: Mar 17, 2023 ⏰

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𝙐𝙯𝙪𝙢𝙖𝙠𝙞: 𝙚𝙡 𝙘𝙡𝙖𝙣 𝙚𝙭𝙩𝙞𝙣𝙩𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora