¡𝓝𝓾𝓮𝓼𝓽𝓻𝓪 𝓶𝓮𝓳𝓸𝓻 𝓫𝓪𝓽𝓪𝓵𝓵𝓪, 𝓶𝓪𝓵𝓭𝓲𝓽𝓪 𝓼𝓮𝓪!

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El combate que siguió al de Kankurō hizo que Nozomi pusiera una mueca de incredulidad y algo de miedo. De entre todas las personas presentes, Haruno Sakura y Yamanaka Ino tenían que luchar la una contra la otra. Sabía perfectamente que ahí se armaría un buen drama de kunoichis. Sakura había querido superar a Ino desde que se enteró que le gustaba Sasuke, e Ino nunca se dejaría vencer por nadie, actitud que, con un poco de arrepentimiento, la Uzumaki le había contagiado.

Pero no era por eso que tenía miedo. No estaba segura de a quién apoyar, sin dejar de lado a la otra. Primero, estaba Ino. Una de los que la sacaron de la soledad, la segunda en verla como a una niña normal, y no dejarse llevar por lo que decían los aldeanos. La que le tendió la mano luego de que, ese fatídico día, terminó perdida en el bosque, sola y lastimada. La que se preocupó por ella en todo momento, desde niñas hasta hoy.

Por otro lado, pese a todo, seguía considerando a la ojijade como una amiga, o al menos, a una parte de ella, que la chica había escondido muy profundo dentro de sí misma. Ella fue una de los que la sacaron de la soledad, la tercera en estar con ella y no llamarla "monstruo". Ella fue quien, cuando aprendió a confiar en la persona que era, la defendió de los que la molestaban. La que le regaló el broche naranja que llevaba en el pelo, símbolo de su amistad. Y sobretodo, quien la conocía tan bien que no podría mentirle jamás.

Porque sí, cada una de las tres tenía un accesorio regalado por otra. Sakura, un listón rojo, regalo de Ino. Ino, una pulsera morada, regalo de Nozomi. Y Nozomi, un broche para el pelo naranja, regalo de Sakura. Ninguna jamás se lo había quitado, aún ahora los usaban. Ino y Sakura juraron que, cuando la Haruno no pudiera perder contra la rubia, ambas usarían su hitai-ate en la frente. La Uzumaki juró que, el día que eso pasara, estaría ahí para verlo, y sería testigo de la fuerza de ambas.

Al principio fue un combate de taijutsu con las katas enseñadas en la Academia, pero todos los presentes podían ver que la rubia tan solo estaba tirando golpes al azar, sin verdadera intención de hacer daño. Esto hizo enojar a la ojiverde, que la provocó para al fin pelear en serio. Después de colocar sus hitai-ate en la frente, símbolo de que irían con todo, la verdadera comenzó.

Las chicas se lanzaron la una contra la otra, y la pelirrosa fue la primera en actuar. Hizo una sucesión de sellos ya conocida por todos, y dos clones ilusorios se situaron a sus costados. Aprovechó su excelente control de chakra para llevarlo a sus piernas y acelerar, logrando golpear a la ojiazul. Cuando se levantaron, volvieron a correr, lanzando un puñetazo que fue bloqueado, como si fueran el espejo de su oponente. Eran tan parecidas en movimientos que podían interceptar cada ataque, como si se leyeran la mente en el momento justo.

Siguieron así por un buen rato, donde Ino se daba cuenta de que Sakura ya no era la misma de antes. Tenían el mismo nivel, exactamente el mismo. A menos que alguna de ellas sacara un truco debajo de la manga, el combate sería eterno hasta empatar. La pelirrosa lo sabía, intentando provocar a la menor para que lo diera todo, incluso insinuando su superioridad. Por supuesto, hizo efecto, llevándola a ejecutar un acto que podría parecer tonto o inútil, pero era parte de su plan. Llevó su mano a la coleta de caballo que tenía y la cortó con un kunai. Luego, hizo un sello para "ejecutar" su Hijutsu, la mejor técnica que tenía. Ninpō: Shintenshin no Jutsu. La Haruno lo sabía, y también todas sus debilidades. Empezó a correr, pero eso no detuvo a la otra.

Al "lanzarla", ambos cuerpos quedaron inmóviles, hasta que Sakura levantó la mirada. Todos creían que Ino estaba perdida, pero no era así. Nozomi usó su habilidad de sensor, sabiendo que la consciencia de su amiga seguía ahí, y logrando descubrir su plan. Sonrió orgullosa levemente, sin que la vieran.

-Ino-chan tiene la ventaja -proclamó, haciendo que los que estaban cerca la vieran como a una loca.

El cabello de la Yamanaka había logrado servir de conducto para el chakra de esta, haciendo una cuerda que capturó los pies de Sakura, impidiéndole moverse. Esta vez, tenía garantizado el que su jutsu acertara, logrando poseer con éxito el cuerpo de la pelirrosa. Y así sucedió, la ojiazul logró tener la mente de su contrincante en sus manos. Pero justo cuando iba a obligarla a retirarse, sucedió algo que no esperaba.

𝙐𝙯𝙪𝙢𝙖𝙠𝙞: 𝙚𝙡 𝙘𝙡𝙖𝙣 𝙚𝙭𝙩𝙞𝙣𝙩𝙤Where stories live. Discover now