"Capítulo 41"

305 29 23
                                    

Jughead vio salir el sol con su pequeña hija en brazos y no había pegado un ojo durante todas esas horas. Literalmente había amanecido totalmente despierto, cuidando de su hija mientras Betty descansaba, como el lo quería.

Estaba tan agotado que a veces cerraba los ojos por un momento y con una mano se golpeaba para evitar dormirse. Nunca había estado tan cansado en su vida.

La bebé iba cerrando los ojos lentamente, pero al mismo tiempo también sollozaba y Jughead no entendía por qué un ser humano tan pequeñito lloraba tanto. Eso ya empezaba a asustarlo.

—De acuerdo, estoy agotado y tú no quieres dejar de llorar y tampoco quieres dormir en otro lugar que no sean mis brazos— Le dijo Jughead a su hija, poniéndose de pie con ella en brazos y empezando a dar vueltas por la sala.

En eso alguien tocó la puerta y Jughead se acercó. —¿Quien es a estas horas?— Preguntó.

—Soy tu papá— Contestó la voz de Fp. —¿Mi nieta está despierta?—

Jughead soltó una pequeña risa sin gracia. —Más que nosotros— Abrió la puerta.

Fp entró al apartamento y sonrió al ver a la bebé y la tomó en sus brazos. —Pero miren qué tenemos aquí, mi niña consentida. ¿Que pasa? ¿Por qué lloras?— Miró a su hijo y su rostro cambio por completo. —Dios... ¿Que pasó? ¿Una noche muy larga? ¿Donde está Betty?—

Jughead se pasó una mano sobre la cara y soltó un profundo suspiro. —Betty está descansando. Tuvo a la bebé encima toda la noche y está muy débil por el parto. Estoy cuidando a Mía desde las tres de la madrugada para que Betty pueda descansar un poco, tuve que buscar un vídeo de YouTube para cambiarle el pañal a mi hija y estoy tan exhausto que creo que no estoy razonando— Soltó una risa sin gracia, tirando de su propio cabello. —Estoy por enloquecer. No he dormido ni cinco minutos y tuve a la bebé toda la noche en mis brazos porque si la dejo sobre la cuna se despierta y llora. No se que hacer, de verdad. Soy el peor padre que le pudo tocar a esa niña y es mi culpa porque no use un maldito condón y confié ciegamente en las estúpidas pastillas anticonceptivas—

—Detente Jughead— Lo interrumpió Fp. —Por favor tomemos asiento—

Jughead asintió y se sentó junto a su padre en la sala de estar, uno frente al otro mientras Fp aún sostenía a la pequeña Mía.

—Escúchame. Te entiendo perfectamente y se que no es fácil. También pase malas noches cuando tú y JB estaban así de pequeños. Pero recuerda que estas pagando las consecuencias de tus actos. Tú y Betty decidieron esto, decidieron tener a esta bebé tan maravillosa y los felicito. Los felicito por hacer el esfuerzo. Pero no te mates Jug. Esto es temporal. En un tiempo extrañarás cuando tu hija estaba así de pequeña y va a crecer tan rápido que no te darás cuenta. Pero... estoy orgulloso porque tu asumiste tu responsabilidad con tu novia y con tu hija como todo un hombre. No te desesperes. Ten paciencia— Le sonrió.

Jughead asintió y tomó a su hija de regreso a sus brazos. —Gracias papá—

—No hay de que. Soy tu papá y estaré siempre que necesites un consejo o algo de ayuda. Lo estas haciendo bien— Lo felicitó y se puso de pie, dejando un delicado beso sobre la cabecita de su nieta. —Me iré a trabajar. Cuídate y cuida mucho a tus dos chicas—

—Claro— Aseguró el ojiazul.

Fp le sonrió y se fue, y Jughead una vez más quedó solo con su pequeña, cuando ésta al fin pareció quedarse dormida.

Él fue a su habitación y vio a Betty ahí, aún rendida, aún cansada. Él se acostó a su lado y dejó a la pequeña sobre su pecho, sintiendo su pequeño corazoncito latir contra el suyo, latido de padre e hija combinados.

Jughead cerró los ojos y por fin pudo descansar. Su bebé también estaba dormida y él por fin pudo dormir un poco.

Betty, por otro lado, despertó y vio a Jughead así, dormido con su bebé aferrada a él. Eso derritió su corazón, pero también la lleno de culpa por dejarlo a él encargándose de la niña.

Aprovechó y tomó un baño rápido para luego ir a la cocina a preparar algo, pero en lugar de eso se quedó en la sala, pensando en todo lo que estaba pasando en su vida últimamente y si estaba satisfecha con ello.

Alguien tocó la puerta principal del apartamento, sacando a la rubia de sus pensamientos por un momento. Ella fue a abrirla.

—¿Quien es?— Preguntó, apenas audible.

—Soy yo, linda. Soy mamá– Respondió la voz de Alice.

Betty abrió la puerta y abrazó a su madre, y rompió a llorar como niña pequeña. Eso preocupó a Alice. Ésta se separó del abrazo y la miró.

—¿Que tienes mi niña? También vi varias llamadas perdidas tuyas y por eso vine lo más temprano posible. ¿Que pasó?— Le preguntó Alice a su hija, mirándola.

Betty se limpió las lágrimas, mirándola. —Soy un desastre, mamá— Sollozó.

—Ay linda...— Respondió Alice, acariciando el cabello de su hija. —¿Quieres sentarte para que lo hablemos?—

Betty asintió y ambas se sentaron en la sala de estar. Alice vio lo cansada y débil que estaba por el parto tan difícil que tuvo.

—¿Que pasó? ¿Todo bien con la niña? ¿Donde están Jughead y mi nieta?— Preguntó Alice.

Betty suspiró, limpiándose las lágrimas. —Jughead y la bebé están durmiendo. Por fin se durmió. No dejaba de llorar y de verdad no sabía que hacer y por eso te llamé. Mamá... no supe cómo cambiarle el pañal yo sola y Jughead y yo tuvimos que ver un maldito vídeo. Jughead está exhausto porque se quedó con ella el resto de la noche y apenas ahora se durmió. Soy un desastre— Sollozó.

Alice acarició la mejilla de su hija y la miró con tristeza. Ella sabía que esto iba a pasar y odiaba el hecho de que su hija pasara por esto tan pronto.

—Mi vida... yo mejor que nadie se lo difícil que es. Tú tampoco me dejabas dormir cuando eras así de pequeña, pero recuerda que tú y tu novio tomaron esa decisión y ahora es su deber encargarse de esa niña. No te sientas mal porque ser mamá primeriza no es fácil y mucho menos a tu edad. Eres muy joven y Jughead también. Ustedes son... prácticamente son dos niños al cuidado de un pequeño ser humano. Mía va a crecer algún día. Esto no será para siempre mi vida—

Betty seguía escuchando lo que su mamá le decía y era verdad. Incluso se sintió un poco mejor después de los consejos de Alice.

Los estudios, el trabajo y ahora su bebé. Muchas cosas para manejar.

—Pero dime una cosa. ¿Qué sientes por tu hija?— Le preguntó Alice.

Betty suspiró. —No lo se, pero creo que ya la amo y no quiero que le pase nada— Confesó.




Una pregunta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Una pregunta. ¿Creen que Mía está en buenas manos o sus familiares deben intervenir?


Samy ❤️

Error Adolescente |Bughead| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora