Dos chicos que están a nada de graduarse de la secundaria e iniciar sus vidas, pero cometen un error que puede comprometer su futuro y tal vez sus vidas para siempre
—¡Ya basta Hall! ¡Fue un accidente!— Aclaró Alice.
—¡No fue un maldito accidente! ¡Te dije que Elizabeth no podía tener novio y mucho menos a ese muchacho! ¡¿Que va a hacer nuestra hija con un bebé?! ¡Tiene diecisiete!— Miró a Betty con desprecio. —¡¿Por que me hiciste eso?! ¡¿Que vas a hacer con un hijo?! ¡Eres una niña!.
Betty no se atrevía ni podía responder. Se estaba ahogando en su propio llanto. Estaba viviendo su peor pesadilla. Su familia decepcionada por las consecuencias de sus actos, terminando en un embarazo para nada deseado.
—¡Deja de gritarle! ¡Cometió un error y yo la apoyo en la decisión que valla a tomar!— Sentenció Alice.
—¡¿Cual decisión?! ¡Betty no toma decisiones! ¡Tú le diste libertad y la apoyaste demasiado! ¡Es tu culpa!— Siguió gritando Hall y miró a su hija. —¡Escucha mocosa! ¡Vas a abortar a ese feto mañana mismo!—
—¡No quiero!— Se negó, gritándole a su papá mientras lloraba.
—¡Entonces vas a irte de la casa con ese engendro y llevarás esa carga con ese novio tuyo!— Exigió Hall, agarrando a Betty del brazo con brusquedad.
—¡Que no toques a mi hija animal!— La defendió Alice, apartando las grandes y ásperas manos de Hall del brazo de su hija.
Hall no dijo nada más y solo miró a Betty y luego a Alice. —Si ella no se va y se lleva a ese niño a donde lo tiene que llevar, me iré yo— Amenazó. —Decide, Alice—
Alice no supo qué responder. Amaba a Hall, pero su instinto de madre no la dejaría echar a su hija con su nieto a la calle.
—Me iré yo— Decidió Betty, en un hilo de voz. Apenas podía hablar de los nervios y se puso de pie con sus piernas temblorosas.
—Tu no vas a ningún lado, Elizabeth— Negó Alice, mirándola a ella y luego a Hall, con los ojos cristalizados. —Ella no ha dejado de ser tu hija, Hall—
Hall guardó silencio, mirando a Alice fijamente. —Desde ahora ya no tengo hija—
Esas palabras cayeron como un montón de rocas aplastantes sobre Betty. Su corazón se quebró y estaba tan rota que la respiración le estaba faltando y a ese paso las cosas terminarían muy mal para ella.
—No voy a abandonar a mi hija— Sentenció Alice con firmeza.
—De acuerdo, de acuerdo— Respondió Hall, aún muy enojado. —Me iré, pero ese muchacho se va a arrepentir del daño que le hizo a la que era mi hija, por quitarme a mi hija— Aseguró, dándoles la espalda y saliendo por la puerta principal, azotándola.
Alice suspiró y dejó que sus lágrimas bajaran, pero justo en este momento solo podía pensar en apoyar a su única hija.
Se giró a mirarla y notó que estaba a nada de darle tal vez una convulsión. El drama la abrumó demasiado para ella poder procesar.
—Ay linda... ven aquí— Le dijo Alice a Betty, sentándose a su lado en el sofá y abrazándola. —Respira. Te va a hacer mucho daño ponerte así. Respira cariño—
Betty intentaba hacer lo que su madre le pedía, pero el drama con su padre la estaba haciendo sentir como la peor hija del mundo.
Alice estaba tan ocupada consolando a su hija y ésta estaba tan ocupada sufriendo por su situación que no le prestaron atención a las últimas palabras de Hall.
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Jughead estaba en casa, o mejor dicho su trailer, ayudando a su hermana menor con una tarea.
Fp estaba en un sofá de la sala, usando su celular. No se atrevió a dirigirle la palabra a su hijo después de enterarse de lo que pasó.
Definitivamente cada padre tiene su manera de reaccionar. Otros gritan y enloquecen y otros prefieren la ignorancia, como Fp.
—¿Así? ¿Lo estoy haciendo bien?— Le preguntó JB a su hermano mientras realizaba ejercicios matemáticos en su cuaderno.
—Exacto. Y con esa ya terminaste JB. Te dije que eres muy lista— Aseguró Jughead, despeinando el cabello de su hermanita.
—¡No!— Exigió JB, riendo y poniéndose de pie con sus cuadernos en mano.
—Ahora guarda todo eso antes de que papá te regañe— Pidió Jughead, divertido.
JB rodó los ojos y fue a su habitación a llevar sus cuadernos, y Jughead se acercó a su padre.
—Papá— Lo llamó. —Recuerda que tenemos una conversación pendiente, pero parece que no me quieres hablar—
Fp dejó su celular a un lado y lo miró con seriedad. —Estoy esperando por ti, hijo. Siéntate— Invitó, señalando el pequeño sofá a su lado.
Jughead haló el pequeño sofá y se sentó frente a él. —Papá... antes de que digas cualquier cosa, reconozco que cometí un gran error y... y estoy dispuesto a responder por mis acciones—
Fp suspiró y se pasó una mano sobre el cabello. —Es que el caso no es que respondas por tus acciones. El caso es que toda la vida te eduque para que evitaras este tipo de situaciones. Te advertí que no lastimaras a esa niña desde el principio y mira lo que pasó. Jughead... yo la veo casi como veo a JB, como mi hija. Le hiciste un daño y te hiciste daño a ti mismo. Por lo menos podían cuidarse. No sé en qué falle contigo— Dijo, decepcionado y frustrado.
—Nosotros siempre tuvimos cuidado. Es solo que esta vez no fueron muy efectivos, pero no fue mi intención, papá. Tu sabes que amo a Betty y lo que no quería era hacerle daño. No tienes idea de lo mucho que me arrepiento y de lo asustado que estoy— Confesó Jughead, con los ojos cristalizados. —Yo no estoy preparado para esto, papá—
—Es que aún eres muy joven, Jughead. Apenas el otro día cumpliste dieciocho y Betty aún no los cumple. ¿Que pretenden hacer con un niño?— Preguntó Fp, enojado, pero al mismo tiempo tranquilo.
—Eso lo vamos a decidir Betty y yo dentro de poco. Respetaré la decisión que ella tome— Aseguró el chico.
Fp suspiró y abrazó a su hijo. —Jughead... no me gusta nada el error que cometiste y no se que pasara... pero quiero que sepas que los voy a apoyar. Después de todo es mi nieto... aunque no se si ustedes decidan quedarse con él o no—
Jughead le iba a responder cuando alguien empezó a tocar la puerta del trailer con tanta insistencia que parecía que la iba a tirar.
—¡Ven a pagar por lo que le hiciste a mi hija!— Exigió la voz de Hall.
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Se va a armar 😬 gente... sentí bien feo por Betty cuando escribí esa parte.
