~Capítulo 8~

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Al cabo de media hora en la que siguieron hablando los dos amigos, Namjoon se fue por temas de trabajo, no sin antes decirle que le avisaría cuando podría volver a salir.

Cuando ya era tarde, Jimin le mandó un mensaje a Taemin para que este lo recogiera, no tenía las suficientes energías para regresar solo y ya sentía el licor en su sistema.

Se sintió fatal de nuevo, se había prometido no beber más, lo juró por los Dioses y ahí estaba, no volvería a prometer nada.

Estaba terminando su última copa observando a las personas que bailaban en la pista, cuando su vista se fijó en cierto pelinegro que lo estaba observando en ese preciso momento.

Jimin se giró al hombre de la barra y le pagó rápidamente para poder irse del lugar, se levantó de su sitio y se dirigió a la salida chocando varias veces con las personas que estaban amontonadas.

Cuando logró salir se detuvo de pie en el andén de la carretera, esperando por Taemin rogando que llegara lo más antes posible.

Pudo sentir como alguien se acercó detrás de él y luego se paró a su lado, era ese pelinegro.

-¿Buenas noches Park, que hace el hijo del presidente por acá a estas horas?

Jimin se tensó, ¿porqué tienes que saberlo?

-¿Me estás siguiendo? - preguntó dando un paso para distanciarse un poco del hombre, no sabía porque pero detestaba su presencia.

-Claro que no, es pura coincidencia, me parece que no tuve la oportunidad de presentarme correctamente con usted.

-¡Vaya! En verdad lo siento, pero ya llegó mi auto, me tengo que ir. - Dijo apresurándose en cortar al pelinegro bajando del andén, no estaba de humor para conversar, y menos con el. Solo le hacía recordar las ridiculeces que había dicho cuando se embriagó.

-PARK - sentenció el hombre agarrándolo fuertemente del brazo, su tono sonó frío y demandante.

Jimin se giró a verlo, su semblante era serio y tenía la mandíbula tensa, era ya como la tercera vez que le interrumpía, debía de estar molesto por no haberle prestado atención.

El agarre que este presenta en su brazo era fuerte, pero no lo suficiente como para hacer que duela, pero si era incomodo.

Jimin al verlo así solo sintió una cosa, miedo.

Era la cuarta vez que sintió miedo por un hombre, el primer hombre al que le temía era a su propio padre, aunque se había acostumbrado a enfrentarlo.

El segundo era el padre del imbécil que fue el novio de quien una vez fué su mejor amigo, el padre de Jeon Jungkook , ese hombre había destruido sus vidas cuando eran más jóvenes y por ende ya no tenía pista de su mejor amigo, ese hombre no era un juego.

Y por último el tercer hombre era el hijo de ese hombre, Jeon Jungkook , el hombre que desde un inicio no le caía nada bien, siempre sospechó que tenía algo, y por su culpa su mejor amigo del alma no estaba con el, y por eso había aprendido a confiar en sus instintos, porque por no actuar antes pasó un montón de desgracias, solo por Taehyung había confiado en el, le creyó ¿y qué pasó? Todos estaban distanciados con vidas de mierda, como la de él por ejemplo, que le recordaba a la situación en la que estaba en ese momento.

Ese hombre, según sus instintos no tenía que confiar en el, estaba oscuro, solo los alumbraba la luz de un poste que estaba al lado de ellos, y la luces del auto que acababa de parar frente a ellos.

El hombre seguía serio, mirándolo como si lo fuera a traspasar, su mirada era oscura y sumamente penetrante.

Su corazón acelerándose rápidamente, no sabía porque, ¿será por el alcohol? ¿o por el miedo? Tal vez un poco de ambas cosas, porque se sintió levemente mareado, ya la vez nervioso.

La Casa BlancaWhere stories live. Discover now