SIETE

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JongDae era un vendedor de autos del bajo mundo en Gangnam, desde que tenía unos dieciocho años, había dejado la casa de sus padres en Ilsan y se había internado en los barrios bajos gracias a malas amistades. Había creado un mini imperio, sus empleados robaban autos y después los arreglaban para dejarlos irreconocibles y venderlos con los que les gustaba llamar irónicamente "Criminales de confianza" que siempre salían limpios de cualquier acusación y terminaban encerrando a los dueños originales del auto por los crímenes cometidos. "¡Oh el dulce mundo de la justicia mal impartida!"

-¿Me estás diciendo que necesitas un auto para matar a un mocoso que se metió con tu mocoso? Estás de broma ¿verdad?- Dae estaba al borde de llorar de risa ante la historia que le había contado Yeol.

-No es broma, en verdad lo necesito- suspiró Yeol, el chico y sus amigos eran las únicas personas en las que se podía confiar.

-Lo siento, pero no me creo esa, estás raro hoy-

-No es broma- repitió molesto.

-Llevó cinco años de conocerte y sé que no matas ni una mosca-

-Nadie me conoce bien, Dae, solo dame el auto, lo pagaré al doble-

-Bien, bien, si buscabas un descuento, solo lo hubieras pedido, no es necesario que seas un criminal ¿Cuál quieres?-

-Dame el que sea, de todas formas estará destruido al final de la noche- Dae se comió la carcajada que amenazó con salir porque el tono de voz de Yeol fue tan convincente que tuvo escalofríos. Más tarde, muchos de los trabajadores de Tao hablaron sobre "¿En verdad Yeol iría tan lejos por ese niño?"

Con su nuevo auto, salió de Gangnam en dirección hacia donde vivía SeHun, listo para terminar con él de una vez por todas. Por lo que sabía de él, vivía a dos calles de un mercado local y por la hora, estaría solo en casa. Miró al cielo y se disculpó de nuevo con quien quiera que lo estuviera viendo, su teléfono vibró y rodó los ojos al ver que era su madre.

-Estoy ocupado.- contesto sin más.

-¿No puedo preguntar cómo está mi hijo?- la mujer suspiró -¿Vas a venir a la cena? Es cumpleaños de tu padre, sería bueno que vinieras, no está muy feliz con lo de tu nuevo matrimonio, dejemos de lado que es un chico, es muy joven...-

-Estás molestándome-

-Bien, solo ven a la maldita casa-

-Joder, ustedes de verdad no pueden dejar a nadie ser feliz- Chanyeol suspiró -Iré, descuida, le compraré hasta algo lindo-

-Sí, no sabes cuánto tiempo vivirá tu padre, se amable, por cierto ¿Dónde estás?-

-Tengo que hacer algo antes, no te preocupes, estaré ahí a tiempo- colgó sin dejar que su madre dijera algo más, los vería en un momento, claro. Llevaba como seis meses evitándolo, sabía que lo iban a atrapar en algún momento y el cumpleaños de su padre siempre era el momento ideal, aunque no quería verlos, pero lo ofreció como sacrificio para el éxito de su misión.

SeHun se encontraba revisando libros viejos de biología en su casa, donde vivía con sus padres. Estudiar le relajaba un poco, podía sacar de su mente a Byun BaekHyun y las ganas de llorar al imaginárselo casado con alguien más.

Chanyeol estaba vestido de pies a cabeza de negro, llevando un abrigo negro enorme y un arma escondida, su cabello estaba todo escondido en una gorra, llevando lentes de sol, mientras un cubre bocas cubría el resto de su rostro. Planto los pies fuera del Toyota color azul que "en otra vida", como dijo Tao, había pertenecido a un empresario corrupto. Era uno de los pocos que existía en la ciudad y tenía un defecto que causaba que el piloto automático se volviera loco en ocasiones. JongDae y sus ingenieros de porquería, trataron de arreglarlo pero no estaba al cien por ciento seguros de que funcionará, era el auto perfecto, desde el punto de vista de Yeol.

The ghostWhere stories live. Discover now