The ghost

TRES

BaekHyun era la peor droga que hubiera consumido, llegaba y daba poco, no lo dejaba disfrutar de si, lo dejaba tocar pero solo por encima de la ropa, lo dejaba besarlo pero su lengua estaba posible, lo dejaba aspirar su aroma pero solo por su cabello y aun así lo tenía bajo su poderío. Nuevamente, repetía BaekHyun era la peor droga que hubiera podido conocer y lo estaba volviendo loco, sin embargo, si solo tenía permitido tocar por encima y besar de manera superficial, lo iba a hacer y cuando fuera el momento, lo tomaría todo, no dejaría que nadie le pusiera una mano encima nunca más. Como esa noche, que se habían quedado en el salón de clases después de que todo el mundo se fuera, BaekHyun se alejaba y le sonreía cada que quería ir más lejos.

-¿Qué pasa? ¿Por qué no seguir?- preguntó ChanYeol cuando BaekHyun se quitó sus gafas, colocándoselas el mismo, dándole un aire mucho más inocente.

-No es el momento, no quiero hacerlo en el escritorio donde me ponen malas notas- Baek colocó su mano en la boca del mayor cuando trato de hablar –Y no iré a su departamento, ni a un hotel, será cuando yo quiera, done yo quiera, como quiera...-ChanYeol quiere maldecir, pero su estudiante solo se ríe y se acerca a besarlo de nuevo y su mente queda en blanco. No podía lidiar con eso –Ahora, tengo que ir a casa y creo que usted tiene que tú tienes que ir a trabajar-

-No podré hacerlo bien si solo te burlas de mí-

-No me burló, solo que estoy tratando de ir lentamente, mis padres son tan convencionales, me matarían si supieran lo que hago después de clases- BaekHyun lo abrazó por el cuello –En especial a mi papá, no le va gustar que me esté relacionado con el hombre que trabaja para él, pero yo me encargó de eso-

-Bien, joder...-

-Mi mamá hoy se fue a un seminario de belleza y no regresará hasta mañana por la mañana y mi papá está en turno de la noche, si me quiere invitar ese trago de la otra vez ahora, no me negaré-

BaekHyun era...diferente a cualquier chico de su edad. Era atractivo, era divertido, su voz podría ser escuchada por horas y horas y nunca te cansaría, hablaba de tantas cosas distintas sin desvariar, era el ser perfecto. A su edad, estaba tan medito en sus estudios que apenas alzaba la cabeza, cuando se casó, siguió concentrado en su trabajo, para ChanYeol, saber más solo significa más poder, más conocimiento, ser más que el resto y si podía resaltar en algo, lo haría a toda costa, pero BaekHyun tenía aquello que él había buscado toda su vida, brillo propio, algo que no necesitaba crear o demostrar ante el mundo porque era natural.

Sentados en esa barra del bar, escucho a BaekHyun hablar sobre tantas cosas de las que él no sabía nada, de sus amigos, de su familia, de lo que le gustaba y lo que no, escuchar su voz era un deleite y poco a poco, lo vio embriagarse, solo hablando cada vez más rápido y arrastrando las palabras, riéndose de la nada y abrazándolo cuando se mareaba.

Al final de la noche, BaekHyun termino durmiendo en su cama, revuelto entre las sábanas, hablando entre sueños y delirando. ChanYeol se resistió ante cualquier tentación y solo se recostó a su lado, revisándolo cada tanto por si se sentía mal y creyó que eso sería suficiente para terminar con su sed de muerte, pero a la mitad de la noche, seguía despierto, mirando el techo de su habitación, maldiciendo en voz baja, necesitaba salir, necesitaba matar.

Sin hacer ruido, se levantó de la cama y salió del departamento, en un bar, eligió a la primera chica que encontró, la tomo del brazo y la sacó de ahí, ella sonriente le dijo donde quedaba su casa y fueron hasta ese punto, un departamento donde sus padres dormían en la habitación de enfrente pero a ella no pareció importarle y mucho menos a él.

-Di que tu nombre es BaekHyun- le ordeno cuando ella quedó debajo suyo, solo en ropa interior. Su sonrisa incrédula lo hizo enfurecer.

-No, ¿es tu ex? No voy a ser cómplice de este juego raro- ChanYeol de entre sus ropas, sacó un afilado cuchillo de cocina, haciendo que la joven se aterrará y tratará de quitárselo de encima.