Capítulo 9.

449 35 205
                                    


EMMA.

Miraba como Andrew caminaba por su cocina con un vaso de agua antes de sentarse en el sillón. Enfocó el teléfono en la mesa para poder verme mejor en la videollamada.

—Listo —sonrió— Ahora sí.

—¿No fuiste a trabajar hoy? —pregunté.

—No, dejé a Eric a cargo —respondió, antes de dar un sorbo a su bebida— Me he sentido bastante agotado, cada vez hay más trabajo y quise darme un descanso. No es por nada, pero tengo muchos casos que he querido darte y no he podido.

Suspiré.

—Emma, ¿cuándo regresas?

—No lo sé —susurré— Dale mis casos a Wendy, ella puede manejarlos.

Andrew hizo una mueca y negó con la cabeza antes de volver a beber de su vaso. Yo lo miré de mala gana, me estresaba mucho cuando se negaba a cosas que funcionarían mucho mejor de lo que él pensaba.

—No creo que sepa cómo hacerlo.

—Nunca lo sabrás si no le das la oportunidad —repliqué— Sé que puede parecer egoísta de mi parte, pero no regresaré pronto, aún hay cosas que debo arreglar, asuntos de los que me debo de encargar. Tú más que nadie sabe que en estos años yo no he tomado vacaciones, así que digamos que me las estoy cobrando ahora.

—Pero es que no entiendo —dijo, acomodándose mejor— ¿Qué asuntos? Sabes bien que puedo mandarte agentes y oficiales, puedo mover papeles desde Chicago, pero si no me dices, no puedo ayudarte.

—Es privado... —suspiré— Lo lamento.

—Es sobre tu familia —dijo— Tu familia te importa y a mi me importas tú y lo que te importa. Es... nunca te abres conmigo, siempre pones una división entre nosotros.

No quería tocar ese tema, no con él. Así que busqué la forma de desviar su atención.

—Si me abro contigo...

—No, Emma, no intentes cambiarme el rumbo de la conversación.

Rayos.

—Mira, es... difícil —confesé— Por el momento, soy el pilar de la familia.

—También formas parte del pilar del departamento —dijo— No quiero presionarte, pero tienes una responsabilidad acá. Ya muchos comenzaron a hablar y créeme que he hecho lo posible por mantener la guardia baja, pero no les parecerá justo  que pases tanto tiempo en París.

—Eres el jefe, Andrew, puedes manejarlo.

—El jefe de un departamento de tantos en Chicago —me recordó— Si alguien manda un reporte a los grandes, podemos meternos en problemas.

—Mira, solo dame unos días más —pedí— Una semana. Si en una semana arreglo todo, regreso a Chicago, y si no lo hago... también lo haré.

Él sonrió.

—De acuerdo, la verdad es que también te extraño —susurró— En serio, Emma, es tan raro no tenerte aquí. ¿Sabes? Estaba pensando incluso que podría ir a verte.

The meaning of a friend [MLB] #3Where stories live. Discover now