14. Eileen

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Si pudiera describir mi vida en una palabra, sin duda sería: caos.

Cristina Prada, E. L. James, Blanka Lipińska, con toda seguridad les digo que pueden escribir sobre mi vida; apuesto que será la historia más complicada que hayan hecho jamás.
No sé si serán las Canciones de Amor que suenan en la Radio, las Cincuentas Sombras de Grey o los 365 días, el caso es que todas las jodidas veces que lo tengo cerca las alarmas de mi cuerpo se alteran estrepitósamente.

Es él, quiero que sea él, es una maldita obsesión que me impide mirarlo sin imaginarme todas las cosas que podría hacer. Sí, esas jodidas miradas que hacen que me tiemblan las piernas. Esa forma de caminar, de hablar, de sonreír…

Aquí estoy, en medio de esta enorme cama, deseando buscarlo, tocarlo, que me toque…

Pero, ¿saben qué?. Es una mierda esto de quedarse con las ganas.

Voy hasta la sala y no lo veo. Sigo hasta la cocina y ahí está.

Hoy no sabría decir si el universo está a mi favor o en mi contra. Está frente al frigorífico, con el pantalón que deja al descubierto los letreros de su bóxer, descalzo y sin camisa.  

Al diablo con las diez bragas.

Él me observa y yo ya estoy sintiendo como mi cuerpo se tensa deliciosamente. Que me imagino un millón de poses, sí; que voy a dárselo en bandeja de plata, no.

Articulo un «he venido por agua» y él sonríe. Apuesto todas las bragas que quedan para que llegue a la diez, que él sabe exactamente como me siento y está dispuesto a torturarme más.

Me sirve un vaso de agua, pronuncio un «gracias».

Roza su cuerpo con el mío, sonrío. Su mano aprieta mi nalga. En mi interior doy saltitos de emoción. La otra mano se desliza por debajo de mi pijama.

—Si sigues mordiéndote el labio inferior —susurra a mi oído—, y mirándome como si quisieras tantas cosas que no eres capaz pedir —como puede ser que me empiece a excitar con esa forma de hablarme—,  terminarás encima de esta encimera y no te bajaré hasta que te hayas corrido tantas veces que me supliques que pare.

—Hablas demasiado Liam Hamill.

Sus manos me aprietan brusco de las caderas.

—Todavía puedo hacer que me desees más Eileen Evans.

Una nalgada y se marcha.

No creo que pueda desearte más.

Regreso a la habitación. Al pasar por la sala él estaba ya acostado en el sofá. Jodidamente sexy esa manera de dormir.

A decir verdad, todo de Liam es jodidamente sexy. Y no estoy hablando como loca enamorada, si lo conocieran sabría que no miento.

Me acuesto en la cama, pero no soy capaz de dormir. Voy a encender la TV cuando mi teléfono comienza a sonar, es una videollamada de Keira.

—Hola —la saludo.

—Ei ¿está todo bien? —pregunta Keira

—Sí, todo bajo control —respondo—.  ¿Cómo les va de aniversario?

—Increíble —contesta Keira con una sonrisa—. Este lugar es impresionante. Aunque extraño a mis pequeños ¿Kimberly se ha portado bien? ¿John ha pasado mucho trabajo para dormirse?

—Sí y no —respondo entre risas—.  Todo está bien, tranquila y disfruta.

—¿Cómo se comporta la situación con Liam? —pregunta Aiden con una sonrisa pícara.

Inmune a Enamorarse [Inmunes 2]Where stories live. Discover now