—Creo que tu amigo ya llego.—dijo Dudley, señalando a la ventana de la casa donde se podía ver a Theo, sentado y tenso mientras tía Petunia le ofrecía unas galletas. —Iré primero para saludar para darle una platica de hombres sobre como cuidarte.

Dudley corrió hacia la casa mientras Lily soltó una pequeña risa. De pronto, sintió una presencia cerca de ella y se detuvo, mirando a los lados. La calle estaba desierta y la oscuridad de la noche le impedía ver bien a su alrededor.

Era extraño, sentía como si su magia se agitará. Miro a todos lados, desorientada, entonces, unos ojos brillantes aparecieron en la cochera de la vecina de enfrente y vio a un gran perro aparecer.

—¡Lily!

Theo la tomó del brazo y la hizo girar a verlo. Ante su palidez, frunció el ceño y dirigió su vista a donde antes había estado viendo su amiga, pero no había nada.

—¿Qué ocurre, Lily?—pregunto con suavidad, pero notablemente tenso.—¿Viste a...alguien?

—No...era...un perro, creo...uno muy grande.—respondió Lily. Theo suspiró.

—Será mejor que entremos, mi elfo esta preparado para llevarnos a la Mansión, anda.—instó Theo tomándola de la mano.

Ambos se alejaron pero Lily regresó su vista. De pronto sintió como si la hubieran alejado de alguien muy querido.

—Diviértete mucho, mi vida. Te metí dinero en tu bolso y etiquete tus vitaminas como te gusta.—dijo Petunia acariciando el rostro de Lily con ternura.— En tu cartera puse los números de emergencia por si los necesitas, cuídate mucho, mi niña, ¿de acuerdo? Recuerda enviarme mínimo una carta semanal.

—Tranquila, tía. Estaré bien—sonrió Lily.— Suerte con las morsas, si te molestan mucho dime y le pido a Theo que envíe a sus elfos para que los inflen como globos.

—No me tiendes, mi niña. No me tientes.

—Adiós, Lily.—la abrazó Dudley con fuerza.— intenta no enfrentarte a perros, serpientes o arañas gigantes este año, por favor.

—Trato hecho, Dud. Tu cuida de tía Petunia.—sonrió Lily y se alejó, colocándose junto a Theo, que sostenía su varita con una mano y con la otra tomaba a su elfo del hombro. Ella lo imito.

—Buen verano, señora Evans. Dursley.—asintió Theo.

Un segundo más tarde, Theo y Lily se encontraban en el vestíbulo de la mansión Nott. El elfo se despidió amablemente y desapareció. Lily sonrió y miro a Theo, quien la vio con preocupación.

—Oh, no.—dijo con una mueca.—¿Qué ha pasado?

—¿Qué sabes de Sirius Black, Lily?—pregunto Theo con cautela.

—No tengo idea de quien me hablas.—respondió Lily con el ceño fruncido.

—Ven aquí.

Fueron hasta la habitación de Theo, donde se sentaron en la pequeña terraza del muchacho y este le extendió unos periódicos a Lily. "Escape de Azkaban", "Black sigue suelto", eran los títulos que rezaban los titulares.

—No quiero ser yo quien te cuente esto, —admitió Theo con pesar —pero es algo que debes saber, después de todo, esto te involucra.

—Habla ya, Theo.—dijo Lily con seriedad.

—Durante los años en Hogwarts de tus padres, —empezó Theo.— se hizo de tres amigos: Sirius Black, Remus Lupin y Peter Pettigrew. Según lo que tengo entendido, cualquiera habría dicho que tu padre y Black eran hermanos, puesto que este incluso huyo de su casa y fue acunado por la familia Potter.

Potter Girl [Draco Malfoy]Where stories live. Discover now