43. EPÍLOGO: I DERAS ÖGON

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(Svahn)

NOTA: Svahn narra en sueco. Cuando las letras están en negritas es que está hablando en alemán. ♥

Virza para mí era como el fuego.

Activo, poderoso. Un peligro. Era la luz brillante que me indicaba a donde ir.

Yo, por mi parte me consideraba aire. Libre, sin rumbo fijo, etéreo. Lo único que deseaba era seguir esa llama vibrante. No existía más que pudiera anhelar en la vida.

Ese fuego brillante me cautivó. Me cegó y me dejó queriendo más. No me importaba ser quemado, yo quería empaparme de ese fulgor. Pero al acercarme, me di cuenta que esa llama luchaba violentamente contra la falta de oxígeno que lentamente la estaba matando. Entonces pensé que podía ayudarla. Si el aire toca el fuego, aunque sea levemente, la llama podía revivir. Sin embargo, tenía que ser muy cuidadoso porque si tocaba de más, podía hacer que explotara.

Y eso pasó.

Sé que no fue enteramente por mi culpa, pero pasó conmigo cerca.

No me consideraba un salvador. No lo era. No pretendía serlo. Si alguien podía salvar era Virza. A pesar de su forma de ser, de su forma de hablar, tenía un gran corazón y veía más allá de lo que mis ojos veían. Sentía empatía, algo que yo no poseía.

Virza era una llama que encendía todo a su paso. Hermosa, arrasadora. Un peligro que quería para mí solo.

La amaba. En serio la amaba y me atemorizaba la idea de perderla. Me dolía verla perderse entre licor y droga para soportar la verdad de su vida. Sabía que tenía que ayudarla. Sabía que necesitaba ayuda y lo que hice fue alimentar su tristeza y crear un malentendido entre los dos.

Un malentendido que la alejaba de mí.

Eso me angustiaba de sobremanera.

Fui capaz de tener esa llama solo para mí, de cautivarme con su sonrisa, con su amor. ¿Cómo permití apartarme de ella? ¿Cómo fui capaz de crear una brecha entre ambos y dejar que alguien más ocupara mi lugar? ¿Cómo fui capaz de permitirle a ese alguien descubrir lo que era Virza?

Ser estúpido se quedaba muy corto para describirme.

Soy una persona muy egoísta, esa es la verdad. Quiero que el fuego sea solo para mí, aun si esa llamarada brillante es un completo peligro.

Virza era un fuego que hacía lo que quería, sin medir las consecuencias.

Logré convencerla.

Recibí una llamada de Neun. Eran las tres de la madrugada, lo que significaba que en Ámsterdam eran las seis de la tarde. Nueve horas de diferencia.

Neun me avisó que, en efecto, Virza había visto a la primera esposa de Igor en el país. Había ido a un local de artículos para mascotas y que la mujer no estaba sola. Reconoció a alguien más. Edmundo Almada, sobrino de María Alejandra Almada. Virza estaba segura que ella era la encargada de atender el negocio de los niños sustraídos.

Esa chica sí que no medía las consecuencias de sus actos. De haber sido vista por ellos...

Mejor no pensar en eso.

O sí, porque estaba decidida a infiltrarse para obtener más información.

Virza, Virza, Virza... Que chica.

Graciasemití adormilado. Neun me dio una matrícula. La del carro en el que andaba su ex tía. Lo anoté. Aunque no me gustó como la obtuvo y que se arriesgó bastante, no podía desechar la información.

Siempre Incorrecta© (#1) +21 ✓ ✓ ✓ COMPLETA [SAGA INCORRECTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora