Síndrome Couvade - Starant

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Peter intentó volver a su trabajo después de pasar cinco días acompañando a Scott. El rubio sabía que por el momento, su compañía no era indispensable para su esposo y que mejor debería guardar sus permisos de descanso cuando llegaran los últimos meses de embarazo y después del parto.

Así que un lunes por la mañana, Peter se levantó muy temprano y empezó a prepararse para trabajar. Scott siguió su ejemplo, pues amaba su trabajo y no quería sentirse inútil en cualquier sentido.

Las náuseas en el castaño habían disminuido drásticamente, incluso podría decirse que ya habían desaparecido. Así que ir al trabajo tampoco seria un obstáculo.

De esa manera la pareja realizó su rutina normal, se ducharon juntos, prepararon su desayuno y almuerzo, y finalmente partieron hacia su trabajo luego de una larga sesión de besos y despedidas.

Scott llegó a su trabajo lleno de emoción, se había tomado una semana para darle la noticia a Peter y pasar un tiempo juntos; pero en ese momento después de hacer pasado esa emoción también quería compartir su felicidad con sus amigos.

— ¡Scotty!— Luis lo saludó sorprendido al verlo tan pronto de regreso. Todos habían estado de acuerdo de darle el tiempo que quisiera— ¿Estás de regreso tan pronto?

— Ya me conoces, amo trabajar y me estaba aburriendo mucho en casa— confesó mientras tomaba lugar en su escritorio.

Su trabajo era ser el diseñador de los sistemas de seguridad que instalaban. Al principio había sido complicado, pero después de afianzar su amistad con su amiga Hope, y lograr crear una alianza con la empresa familiar de ella; el negocio realmente había despegado.

Sus socios y amigos, Luis, Kurt y Dave, lo apoyaban en muchos sentidos, y al ser ellos de los primeros en enterarse de su embarazo, le habían ofrecido un sin fin de opciones para que viviera esa nueva experiencia de la manera más cómoda posible.

Su día fue muy tranquilo, tenía algunos planos pendientes, pero ninguno era complejo o requería ser entregado con urgencia. La mañana fue demasiado alegre, todos están muy pendientes de él y haciendo toda clase de preguntas sobre sus sentimientos; incluso llegó Hope con algunos regalos y lista para oír todo lo que había pasado.

Justo cuando estaba terminando su descanso, una llamada interrumpió su concentración. Era de Peter.

— Hola amor— saludó Scott como de costumbre.

— Scott, hola— respondió Gamora desde el otro lado de la línea, eso normalmente preocuparía al castaño pero por el tono de voz que tenía la mujer no parecía ser algo tan serio— ¿podrías venir por tu esposo a las oficinas? No sé siente muy bien.

A la solicitud de la mujer se unieron otros comentarios graciosos de los compañeros de su trabajo. En especial de Rocket que parecía no aguantar la risa. El castaño tampoco pudo aguantar la risa por más tiempo, sentía como si una maestra lo hubiera llamado para recoger a su hijo.

— Llego en unos minutos— después de reír un poco al fin respondió.

— De acuerdo, aquí estaremos esperando.

Scott se despidió de todos, ya estaba cerca de su hora de salida así que tampoco tuvo que preocuparse mucho. Cuando llegó al trabajo de Peter ya lo estaban esperando.

— Scotttttttttttttt...— Mantis la recepcionista lo saludo con un gran abrazo, ella era así— pasa, Peter realmente te necesita.

— De acuerdo.

Él pasó hacia la sala principal, ahí estaba el resto del equipo pasando el tiempo. Todos estaban sentados en sus respectivos lugares pero no veía a Peter por ningún lado.

— Hormiga— saludaron todos— Peter está en el baño, tiene náuseas y malestares. Parece que el embarazo es él.

Todos rieron ante el último comentario. Y en lo que esperaban a que el rubio regresara, se centraron en felicitar al futuro padre.

Quill se unió a ellos unos minutos después, estaba un poco pálido pero no parecía enfermo.

— Creo que me tendré que llevar a este niño a casa— bromeó el castaño y se acercó a su esposo para guiarlo hacia su auto— muchas gracias por cuidarlo. Espero verlos pronto.

La pareja se despidió y emprendió camino directo a su casa.

— ¿Estás bien?¿Qué te ocurrió?— preguntó el castaño mientras conducía de regreso.

— Recuerdas cuando me contaste sobre tus náuseas, que sentías ascos y ganas de vomitar— intentó explicar Peter— me sentí justamente así. Por eso Rocket dijo que parecía yo el embarazado.

Scott intentó amortiguar su risa, pero por alguna razón esa situación le causaba mucha gracia.

— Te pondrás bien amor— Scott intentó consolar a su esposo— es algo común de hecho. Algunas personas llegan a ser tan empáticas con sus parejas que pueden sentir sus mismos síntomas.

— Entonces odio ser amante tanto entonces— el rubio se quejó como un niño pequeño.

Scott solo volvió a reír.

Cuando llegaron a su casa, Scott se dedicó a cuidar de Peter como cuando estaba enfermo. Le causó gracia pero aún así lo hizo con mucho cariño, ya que sabía que no había sido intencional y que si fuera al revés su amado Peter haría lo mismo.

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