Choi Beomgyu.

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Expediente uno: Choi Beomgyu.

- Muy bien, Beomgyu, cuéntanos el por qué de tu condición. - pidió Namjoon.

Bueno, me presento, por si me han olvidado, me llamo Choi Beomgyu y tengo catorce años, cuento con ansiedad, paso mucho más tiempo con mi loro que con mi familia o demás personas, así que, soy alguien de muy pocas palabras, por lo ya visto.

- C-claro. - aclaré mi garganta, es muy raro en mí el estar tan tímido, pero, ey, no soy afecto a hablar de mis problemas.

<<Todo comienza en una tarde del verano, en agosto, para ser específicos. Me encontraba con mi familia paterna en una comida familiar, algo normal entre nosotros, puesto a que teníamos la costumbre de encontrarnos cada último del mes. Los hijos de mis primos jugaban entre ellos, pues tienen casi la misma edad todos, yo me encontraba más serio de lo normal, según mis padres, aunque, bueno, yo antes hablaba hasta por los codos.

Mi abuelo estaba de cumpleaños, justamente el último de agosto, muy interesante el ver cómo todos se preocupaban de él cuando de herencia se trataba. Yo comencé, a mitad del festejo, con algo de comezón en el dorso de mi mano, verifique si había mosquitos o algún animal que me haya picado, pero no había rastro de algo así, ni siquiera roncha, eso lo dejé pasar, pensando en que probablemente era una picazón que llegaba de la nada.

Más gente comenzó a llegar, llenándose el lugar de personas que no me agradaba mucho, creo que aquello fue un detonante, pues, de más chico, yo solía creer que todas las personas debían de caerme bien, pero, al ir creciendo, supe que no debía ser así.

Fui al lado de mi madre, intentando tener un poco de protección por parte suya, de mi padre no podría tenerla, pues platicaba con sus hermanos y cuñados, a la par que tomaba una cerveza, así que no era de lo más seguro estar con él. Mi madre me abrazó, pero, por alguna extraña razón, la comezón seguía con intensidad, aunque ya no era solamente eso, mi respiración comenzaba a ser entre cortada, haciéndome sentir un poco de desesperación.

- Mamá, ¿Podemos irnos? - pregunté con la carita más inocente que pude haber hecho en aquel momento.

- Que insolente, ¿cómo vas a querer irte a mitad de la fiesta de tu abuelo? - chilló una de mis tías, haciendo que todos nos pusieran atención. Yo me abracé más a mi madre y ella también me apretó un poco.

- ¿Qué pasa? - llegó mi papá.

- Que tú malcriado hijo, se quiere ir a la mitad de la fiesta. - se quejó aquella tía.

Mi padre me miró con inseguridad, como si estuviera analizandome, a este punto mis pulsaciones comenzaban a ir más rápido, empeorando gracias a todas las miradas de desaprobación que mis familiares nos dirigían.

- Debe de haber algo malo con él, nunca ha sido de querer irse sin razones de algún lugar. - me defendió mi madre, dándome suaves caricias en mi cabello.

Mi padre le dio la razón a mi madre, pero mis tías, no del todo contentas, comenzaron a gritar insultos hacia mis padres y a mí, yo sólo atiné a cerrar mis ojos con fuerza, los gritos siempre me habían hecho sentir débil, mis padres lo sabían.

- ¿Pueden dejar de gritar? Beomgyu no soporta los gritos. - pidió mi padre.

- Aparte de consentido, llorón. - dijo uno de mis tíos, todos soltaron carcajadas ante eso.

La picazón de mis manos había cesado, pero comenzó una nueva en mi cuero cabelludo, así que, sin dudarlo, comencé a rascar sin cesar.

Mis padres, desesperados, me levantaron de mi asiento y me guiaron a la salida, sin mirar hacia atrás, en donde toda la familia de mi padre seguía gritando más que incoherencias.

La sala de pláticas. || BTS, TXT, EN-.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang