Capítulo 2: Sempiterno

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En cuanto entramos en el aula, me senté en mi sitio de siempre y comencé a mirar a través de la ventana metida en mis pensamientos.

- ¡Salma! - Me gritó la profesora - Estamos en medio de tu última clase, presta un poco de atención.

En cuánto me giré a ver a Diego, él estaba distraído escuchando su música con los auriculares escondidos para que la profesora Angie no le pillase. Me fijé en su muñeca en la cual tenia tatuado "Sempiterno" que significa <Durará siempre que una vez haya tenido un comienzo nunca tendrá un fin>. El tatuaje nos lo hicimos los dos en mi cumpleaños, yo en el antebrazo y él en la muñeca. Nunca he sido de querer tatuarme con alguien ya que lo veo insignificativo, pero él hizo que cambiase de opinión.

Una vez finalizadas las clases y entregado el boletín de notas, Diego y yo fuimos a mi casa y pedimos a comida mexicana a domicilio. Después fuimos un rato a surfear y terminamos en mi terraza mirando el sol desapareciendo. Fue un momento mágico por que pudimos observar la luna y el sol a la vez.
- Ahí estás tu Ori, la luna, y yo estoy en la otra punta ya desapareciendo. - Me dijo Diego - Pero no te tomes a mal que seas la luna - él se empezó a reír.
Me miré el tatuaje que tenía en conjunto con Diego. Para mí la luna significaba mucho, me sentía muy representada con ella. La luna es solitaria, única y tranquila pero también es preciosa, deslumbrante y está rodeada de muchas estrellas que la quieren. Las estrellas son mi familia, que a pesar de haber pasado por una situación tráumatica nunca dejarón de apoyarme. También tiene un planeta eterno que la mira cada noche, ese es mi padre que me vigila siempre desde muy lejos. La luna hace que la oscuridad sea algo muy bonito.
- ¡Llamando a Ori! - gritó Diego
- ¿Qué te pasa? - le grité de vuelta - ¡No me grites en el oído!
- Me aburro sabes
- Bueno que quieres que le haga - le dije harta

Al cabo de un rato a Diego se le encendió una bombilla. Derepente se levantó bruscamente y yo me asusté. Cinco minutos después apareció de nuevo con una libreta completamente nueva y un bolígrafo.
- ¿Para qué es eso? - le pregunté
- Vamos a hacer que este verano sea el mejor - dijo muy entusiasmado dando brinquitos
Me empezó a explicar sobre la idea que se le había ocurrido. Debíamos de apuntar cada cosa que quisiesemos hacer a lo largo del verano. La dos únicas reglas eran: escribir absolutamente todo lo que se nos viniese a la cabeza, por más estúpida que fuese la idea, y estaba completamente prohibido no completar todo lo que estaba escrito. Así comenzamos a escribir nuestra lista que se llamaría "Lista Interminable de verano". La idea que más ilusión me hizo fue la idea número 13.

13. Besar por primera vez

En cuánto lo anoté a la lista Diego comenzó a reirse de mí, y aunque estuviese enfadada, él se veía hermoso con los últimos rayos de sol que casi ya no eran visibles.
- ¿Nunca has dado tu primer beso? - Me preguntó impaciente - Ven aquí que te lo doy yo - bromeó
- No es que nunca haya dado un beso, si no que me gustaría encontrar a alguien que me haga sentir que un beso vale millones - le expliqué
Diego se me quedó mirando fijamente.
- Diego te conozco muy bien y sé cuáles son tus iniciativas ahora mismo conmigo - le dije enfadada - No te acerques a mi
- ¿Cómo que no? - me dijo en un tono burlón
Así es como empezé a correr mientras Diego corría detras mía intentando robarme un beso hasta que nos cansamos. nos tumbamos y nos quedamos dormidos encima de la arena.

La Lista Interminable, antes de acabar veranoOn viuen les histories. Descobreix ara