Capítulo 3: Playa Bateles

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Cuando Diego y yo nos levantamos con los primeros rallos del sol fue ir a surfear y depués ir a por unos gofres y el café de todas las mañanas. Decidimos empezar a completar nuestra lista con una cosa fácil.

9. Hacernos una pulsera con nuestro nombre

Esa pulsera se había puesto ahora de moda, y nosotros no ibamos a quedarnos atrás en no hacerla. Después a la hora de comer y cómo nos entró bastante hambre fuimos a un restaurante de Sushi cerca del centro.

6. Comer Sushi en el centro de Conil

Yo quería pedir mi sushi favorito, el "Californian Roll" mientras que Diego "Nigiris". En cuánto se acercó el camarero se me aceleró el corazón. Era precioso. Tenía los ojos azules como el mar y el pelo ondulado. Era muy alto. Se presentó como Marco. En ese momento no supe lo que decir y Diego lo respondió por mi.
- Nos gustaría pedir unos Californian roll y nigiris por favor - dijo Diego
- Perfecto, ¿y de beber que desearían? - preguntó Marco
- A..Agua para las dos - tartamudeé
Diego me dijo que estaba muy roja y que debía de calmarme, que era un chico cualquiera, pero cada vez que lo miraba o lo veía acercarse se me aceleraba el corazón. Diego puso los ojos en blanco.
Cuando nos ibamos a marchar casi se me para el corazón.
- ¡Chicos! - grito Marco cuando estabamos saliendo por la puerta
Nos dimos inmediatamente la vuelta y aprecié en cámara lenta como corría hacia nosotros para devolvernos... ¡MI CARTERA!
- Se te ha olvidado esto cielo - Me dijo y me sonrojé como nunca lo había hecho. Me encantó que me llamase cielo porque me sentía única.
- M..Muchas gracias - tartamudeé
Salimos de la tienda y Diego se rió de mi como nunca lo había hecho antes.
- ¿Quieres que te pida su número? - me preguntó riéndose
Le mandé a callar y Diego se fue a su casa. Yo me quedé un rato más paseando por Conil y al rato fuia a surfear a mi casa. Mientras surfeaba pensaba que estaba muy agradecida ya que mi casa era una casa de playa apartada de toda la sociedad, por lo que podía surfar sin ningún problema sin preocuparme de que nadie hubiese al rededor mía.

El resto del día me lo pasé surfeando. Mi madre me llamó para entrar a cenar y ahí me dí cuenta de que había invitados. Me fijé en uno de ellos.. ¡Era Marco!
- Hola Marco - le dijé muy entusiasmada al chico que tenía delante
- No me llamo Marco, me llamo Rodri - me dijo antes de alejarse de mi vista
Me puse roja y me quedé ahí paralizada en el sitio. Se parecía tanto a Marco, que pensaba que era él. Me fui a mi cuarto y me encerré en él, ya que me daba mucha vergüenza bajar y verle la cara al que me había dicho varios minutos atrás que no era Marco.

La Lista Interminable, antes de acabar veranoWhere stories live. Discover now