13. Animaga

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Una luna llena más tarde

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Una luna llena más tarde.

Mi pierna dolía, pero seguía corriendo, me sentía libre. Jamás había corrido tan rápido en mi vida. Fueron diez los segundos que tardé en cruzar el inmenso lago hecho hielo. Oí a lo lejos la nieve crujir bajo unas botas, corrí tan rápido como pude permitirme y fui hacia el bosque. Mis dos piernas volvieron y no pude evitar sonreír embobada, chillé de la felicidad y corrí hacia el castillo, aunque esta vez fue más lento.

Pero a mitad de camino una voz se interpuso en mis pensamientos, frené en seco en cuanto lo escuché hablar.

—¿Qué carajos fue eso? —Draco estaba asombrado.

—Yo... uhm...

—Pensé que ese lobo te iba a comer —dijo y comencé a reír—. ¡No te rías! ¡Pensé que estabas huyendo hasta que te vi sonreír!

Mis carcajadas fueron más fuertes de lo que pensé.

—¡Lo s-siento! —dije entre risas y caminé hacia él.

—¿Qué fue eso? —preguntó cuando me calmé.

—Nada, es que te tiré un hechizo de confusión —mentí y le sonreí.

—No vuelvas a hacer eso —me apuntó con su dedo, amenazante.

—¡Es que es divertido! —exclamé y comencé a caminar hacia el castillo.

Draco comenzó a caminar a mi lado. La verdad es que últimamente nos habíamos hecho amigos.

—No somos amigos.

Me giré y le di un golpe fuerte en su hombro.

—¡Oye! —se quejó.

—¡No leas mi mente! —indiqué enojada.

Él comenzó a reírse.

—¿Y ahora qué es tan gracioso? —pregunté aún más enojada.

—Nada, lo siento, pero me diste ternura.

Le pellizqué suavemente un brazo, sin que le doliera.

—Soy más grande que tú, cuidado con lo que dices niño.

—Ya, por un año —comentó con obviedad.

Y reímos los dos.

A lo lejos, sentí la vista de alguien en mi. Me giré, en alerta, pero estaba viendo a Draco. Es decir, cierto amigo de pelo rojizo lo estaba viendo como si quisiera matarlo. Claro que Draco no se dio cuenta.

—Nos vieron —comenté rápidamente.

—¿Eh?

—Draco, vete —y lo empujé de un hombro, más seria y firme de lo que debería, me fui en dirección a tal pelirrojo mientras Draco obedecía y caminaba rápidamente hacia dentro de Hogwarts.

Dos almas | Fred WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora