7. Black

3.5K 194 15
                                    

Nota de autora

Si quieren sentir un poco mas el fanfic pueden escuchar las canciones que se nombran (aunque en este capítulo por ahora sea una) al mismo tiempo que los personajes la escuchan. ;)

 ;)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Grimmauld Place

Apenas entré a Grimmauld Place corrí hacía mi cuarto, Kreacher se había ocupado de mi maleta así que solo me preocupe en cambiarme de ropa y ponerme el pijama para meterme en la cama, exhausta.

Antes de llegar a casa, mi padre y yo terminamos pasando el día en casa de los Weasley, incluso cenamos allí.

No recordaba haberme dormido. El rayo del sol impactó contra mi rostro, en ese momento me odié a mi misma por no haber cerrado las gruesas cortinas de piel de dragón la noche anterior.

Me giré, furiosa, sobre mi misma en la cama, dándole la espalda a la ventana y tapandome con las mantas.

Pero no pude llegar a dormir de nuevo, porque un suave golpe en la puerta de mi cuarto comenzó a sonar. Gruñi en respuesta.

—Eleonor, ¿Estás despierta?

—«Estoooy dormidaaa» —espeté adormilada, soltando un quejido directo de mi garganta.

—¿Puedo pasar? —preguntó la voz suave de mi padre.

Por un momento de idiotez casi asiento con la cabeza, pero me apresuré a hablar.

—Sí... adelante.

La puerta chilló y mi padre la atravesó, se sentó cuidadosamente en el borde de mi cama. Yo estaba acostada de espaldas, por lo que mi padre comenzó a trazar líneas indefinidas por ella.

—De pequeña te dormías, ¿Recuerdas? Te masajeaba un poco la espalda o la cabeza y te dormías casi al instante...

Así que sacando tema de conversación...

Me senté en la cama, aún quedando en el medio de ésta, en posición buda.

—Tu abuela escribió —dijo mi padre sin rodeos.

Vaya... pensé que sería una conversación más larga hasta sacarle información.

—¿Y... dijo algo interesante?

—Sabes lo que dijo...

—No le voy a hablar ni visitarla, padre.

—Sí, tendrás que hacerlo.

—No.

—Sí.

—He dicho que no.

Y así comenzó un desafío de miradas.

—Y yo te he dicho que irás, sabes cual es su propuesta, no lo hagas mas difícil.

—No pienso ser esclava de esa señora solo para que cuando abandonde este mundo sea rica.

Dos almas | Fred WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora