AD Carry

7. Nuevo equipo

— Entonces estás dónde empezaste. – Comentó su hermano al otro lado de la línea.

— Sí. – Respondió Liv dejando salir un pesado suspiro.

— De algo tiene que haber servido todo ese entrenamiento. – Insistió él.

— Ya lo sé, pero... - Revisó el teléfono al escuchar que entraba otra llamada. – Te llamo luego ¿Sí?

— Bueno, pero piensa en lo que te dije.

— Lo haré.

Colgó y respondió la llamada entrante.

— Hola.

— Storm ¿Cierto?

— Sí...

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Observó el edificio cuando estuvo a pocos metros de la entrada del mismo, las únicas veces que había estado por ahí habían sido porque el lugar quedaba dentro de su ruta, pero sería la primera vez que ingresara.

Luego de haber llenado un registro ingresó hacia el área de la cafetería, ahí tomó asiento y sólo pidió un vaso de jugo. Esperó durante 10 minutos aproximadamente hasta que la persona que la había llamado hizo acto de presencia.

— Señorita Livnath, me disculpo por la demora. Mi nombre es Choi Seonghun o Polt, como prefiera.

— Un gusto. – Respondió con una sonrisa.

— Iré directo al grano. – Le entregó una carpeta en donde estaban un par de hojas engrapadas. – Es el contrato que le ofrecemos, tome su tiempo para revisarlo y en caso de que tenga otra oferta, estoy seguro que podemos mejorarla.

— De hecho... me parece una propuesta atractiva. – Comentó Liv mientras leía la segunda página.

— El entrenamiento es el mejor de toda la liga, creemos que encajará bien aquí.

— ¿De verdad? – Levantó la vista y cerró la carpeta.

— Sí. – Sonrió.

— ¿Puedo preguntar algo?

— Claro.

— ¿Por qué yo?

— Siempre estamos en la búsqueda de talentos nuevos y el papel que mostró en los torneos pasados fue impresionante considerando que fue su debut en esta industria.

— Ya veo. – Medio sonrió. – ¿Podría darme un minuto?

— Sí.

Liv se puso de pie y caminó en dirección al sanitario, una vez ahí se miró en el espejo mientras hacía una evaluación de ventajas y desventajas, cosa que parecía innecesaria ya que no sólo se trataba de una organización con prestigio, sino que el sueldo era mejor igual que el entrenamiento y muy probablemente, el ambiente.

Regresó luego de unos minutos y tomó asiento, estaba más tranquila.

— ¿Y bien? – Preguntó Polt.

— De acuerdo, acepto.

— ¡Excelente! ¿Quiere discutir algún apartado del contrato?

— No, me ha parecido bien.

— En ese caso. – Le entregó un bolígrafo.

Ella firmó en los espacios señalados y luego estrechó su mano con Polt.

— Gracias por la oportunidad.

— Gracias a usted por aceptar. Bienvenida a T1.

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