Capitulo Cinco: Sucesos Confusos

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Para extinguir mis dudas, la mujer de cabello de fuego besó en los labios a Daniel y se morrearon como si se acabara el mundo… ¡Qué asco por Dios! ¿Es que no podían hacer eso en otra parte? Cuando se percataron de que yo estaba allí, Elisa me miró con desprecio y luego lo intentó disimular cuando Daniel la miró.

–Elisa, te presento a Miriam, mi hermanastra… –presentó éste señalándome –. Y, Miriam, ella es Elisa, mi novia. –obvio mi querido Watson. En cuanto Daniel dijo quien era, cambió su expresión por una más dulce.

–Encantada de conocerte, Elisa. – le di dos besos.

–Igualmente, ¡ahora seremos cuñadas! Pero, no me has dicho que tenías una hermana. Bueno, da igual, será divertido, ¿y a qué se debe que la traigas hasta aquí? –preguntó sin parar de hablar. Demasiado pesada…

–Pues si, tengo una hermanita, no te he hablado nunca de ella porque vive lejos todo el año, pero ahora se quedará por aquí bastante tiempo… –explicó Daniel sin darle mucha importancia –. Y quería que le enseñara dónde trabajaba… –siguió como todo un mentiroso experto. Elisa lo escuchó entretenida y asintió conforme.

–Bueno, ¿y te ha llevado hasta aquí? – me preguntó ella divertida –. Pues te habrás aburrido… –aseguró sonriendo.


–¡Qué va! Me ha encantado tu actuación, además, ¿es una película lo que filmáis? –quise saber diciendo la verdad. Por muy chillona y pedante que fuera, actuaba demasiado bien.

–Si, se llama La Dama de Fuego, se estrenará el próximo año… –explicó ilusionada.

Empezamos a caminar dejando a Daniel atrás.

–¿Y eres la protagonista? –pregunté entretenida. Daniel nos pisaba los talones, seguro que estaba cabreado porque le habíamos dejado de lado. ¡Que se aguantara!

–Si, soy la Dama de Fuego. –se tocó el cabello rojo y rizado como dando por hecho que se debía a su pelo –. Cariño, tu hermanita es adorable. –dijo Elisa abrazándome impulsivamente. Daniel ni se rió por el comentario de su novia, por el contrario, se acercó a nosotras y rodeó con su brazo a Elisa, quien se sorprendió, y caminaron juntos por un buen rato, mientras que yo me encontraba desplazada a un lado como un perrito siguiendo a sus amos…

Conforme pasaban los minutos, noté que Elisa se incomodaba por cómo me trataba Daniel y eso solo me hizo sentir peor… ¡¡Es que ese miserable no sentía nada por mi o qué!! Lo estaba pasando mal, me aburría con la pareja y, lo peor de todo, ¡me convertí en sujeta velas!

–Oye, Daniel, ¿no crees que tu hermana se debería ir? Seguro que se aburre… –musitó por fin Elisa mirándome de soslayo en voz baja, ¿se creía que no la iba a oír o qué? Daniel ni me miró, pero susurró:

–Es que ella odia quedarse sola en casa, por eso vendrá conmigo a partir de ahora… – ¡¡¿Qué?!! ¡Será mentiroso! Lo odio, parece que soy una niña mimada o algo así…

Elisa me miró apenada pero no dijo nada, por el contrario, se acercó a mi y me cogió del brazo. Tiró de mí hasta posicionarme al lado de Daniel y ella a mi otro costado. ¡Bien, la familia feliz!

–¿Qué haces Elisa? –espetó este cabreado. Qué “mono”, ni si quiera intentaba disimular su odio por mi… Elisa sonrió, seguro que lo entendió como una broma de su parte…

–He pensado que sois unos hermanos muy distantes y eso no está bien. –afirmó tranquilamente. Seguimos así un buen trecho hasta que Alex se cruzó en nuestro camino. ¡Alabado sea Dios! Por fin alguien que quiero ver…

Al notar cómo íbamos caminando, Alex disimuló una carcajada y se detuvo para hablar, a lo que Daniel se negó en redondo y tiró de mi para dejarlo atrás, pero Alex me tiró de la camisa para obligarme a parar.

Elisa se detuvo conmigo y Daniel se paró en seco con una mirada asesina.

Conviviendo con la Mentira © [Borrador]Where stories live. Discover now