Capitulo Cuatro: Sorpresa y Trato.

Start from the beginning
                                    

–¿Es que no tienes vergüenza? –espeté cruzándome de brazos. Él sonrió despreocupadamente.

–Bien que te haces la inocente pero me estás mirando descaradamente… –anunció mientras se acomodaba en la cama. ¡Ogg, me sacaba de quicio! Pero era verdad… ¡¡es que estaba muy bueno y no podía apartar mis ojos de sus bien definidos músculos!! ¡Era una pervertida!

–No digas tonterías, por otro lado, ¿cuándo me ibas a comentar que eras actor? –espeté cabreada. No sé porqué estaba así de alterada, pero el caso era que me sacaba de quicio que ese chico engreído y transformista pareciera tan… tan increíblemente sexy y tranquilo con la situación cuando se supone que era él quien tendría que estar nervioso, ¡no yo!


Daniel me miró sorprendido y, caminando hasta mi lado, puso una mueca de engreído. Yo, sabiendo que le gustaba el manoseo, me alejé de él por precaución. Ante mi reacción sonrió como un lobo. Esos ojos azules oscuros chispearon…

–Bueno, en realidad pensaba decírtelo mientras veíamos una de mis películas, pero, ¿qué más da? Ya lo sabes, que es lo importante y… –se acercó a mí mucho. Ya empezamos… –. Ya tengo la primera orden para ti, santita. –tragué saliva esperando lo peor. Mis sentidos se alarmaron cuando él posó sus manos en mi cintura y las dejó allí por un buen rato. Me puse nerviosa e intenté alejarle de mi, pero simplemente me aplastó contra la pared fría y me retuvo sin más alternativa que la de esperar.

No solo se contentó con eso, sino que su nariz, la cual rozaba la mía, recorrió mi mejilla y descendió hasta el cuello apartando algunos de mis mechones largos y castaños. ¿Qué hacía? Porque desde luego se sentía increíble… ¡¿qué, espera, soy tonta o qué?!

–…esta tarde te vienes conmigo hasta un sitio, necesito que me ayudes en algo… –dictaminó posando sus labios en los míos. Solo fue un roce, y aun así temblé de arriba abajo. Desvié mi rostro del suyo, estaba jugando conmigo y no se lo iba a permitir.

–Está bien, pero esto es abuso. –miré de reojo sus manos, que, a esta altura, se habían posicionado debajo de mis pechos. Estaba más sonrojada que nada y no soportaba cuando me pasaba eso. Era estúpido sentirse así por las caricias de este imbécil –. Así que suéltame. Por favor. –le pedí suavemente. Daniel pareció reaccionar ante mis palabras pero, en lugar de soltarme, me obligó a que le mirara a esos ojos mar, tenían una chispa pervertida y, a la vez, divertida con la situación. Yo disimulaba mi terror, aun así, sentía que iba a desmayarme en cualquier momento.

Joder, qué condenadamente guapo era. ¡Maldito hombre multipersonalidades!

–Recuerda que tenemos un trato, tu me obedeces ahora y, si te quiero allí… –señaló la cama –, vas a estarlo. –sentenció con voz grave. Bufé ante su estupidez, pero estaba aterrada de que pudiera cumplir su cometido.

–Venga ya, si soy un estorbo en tu vida, no me querrás tener en ese sentido… –dije atropelladamente. Estaba nerviosa y no podía evitar mirar a todos los lugares menos al hombre que tenía delante.

Daniel sonrió maléficamente y, sin pedirme permiso, me cogió de la muñeca y me empujó hasta la gran cama echándome como si se tratase de una vieja mochila escolar. Acto seguido, se posicionó encima de mi y me agarró las muñecas y las llevó hasta encima de mi cabeza, inmovilizándome. Me movía tanto como me era posible sin éxito, hasta le advertí que si intentaba algo, gritaría, pero nada, siguió con la tarea de besuquearme por el cuello, brazos y cara, sin llegar a la boca.

¡¿Qué la pasa a este trastornado?! ¡¡Definitivamente se ha vuelto loco!!

–¡Por favor, para! Esto no debería ser así, somos hermanastros, déjame, te ayudaré en lo que sea, ¡pero no me violes! –alcé la voz para que alguien me salvara. Ya me estaba desvistiendo y me estaba forzando a que hiciera lo mismo con él.

Conviviendo con la Mentira © [Borrador]Where stories live. Discover now