Parte 20

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Capítulo 20: Una, no, dos, tampoco, ¿cuánto tiempo había pasado desde que llegaron a ese rancho en Colorado y se refugiaron de la lluvia?. No lo sabían, pero ya conocían aquellas chicas, la historia de sus invitados, de Santiago, Alexander, Dimitri y Evelyn, bastante bien, no podían negarlo. Para ellas, esas dos personas provenientes de la Unión Soviética y Yugoslavia era sus "enemigos", personas a las que incluso matarían, pero no lo hicieron.

Había una cosa muy importante en esto: En un Mundo destruido, lleno, plagado de muertos vivientes hambrientos de carne humana, la política, la ideología, no servían para nada, ya no tenían efecto alguno, más que nada por la lucha de la supervivencia humana y era verdad.

La noche había comenzado a caer sobre Colorado, la lluvia proseguía con su "orquesta" de empapar todo a su paso, no dejar nada seco en su camino. Parecía ser un sueño hecho realidad, ya que algunos permanecían dormidos, tal era el caso de Lori y Santiago, pero éstos eran solamente amigos, ella ya conocía la historia de aquel chico y de su "cruce de caminos" con aquella chica norteamericana, cuyo nombre era Samantha "Sam" Faulkner. Solamente había sido eso, para un joven militar argentino, ese encuentro pudo haber sido algo más, tal vez una unión entre ellos dos, pero al final terminaron tomando cada quien su camino.

Otro caso era el de Alexander, proveniente de la Yugoslavia del Mariscal Tito, en donde su familia siempre había sido pacífica, como su pueblo, incluso en los tiempos de la ocupación de la Alemania Nazi, en donde su padre demostró que no tenían por qué arrodillarse ante nadie que no fuera de su país y luchar por aquellos que los defendieron, tal como fue con aquellos militares alemanes que los protegieron de los crímenes que se cometieron allí contra la población civil. El bosnio se había convertido en un espía de la URSS para luchar por la paz en el Mundo y que no se debía ir todo por el camino de las armas.

Y Dimitri era el último que quedaba: Alguien que era considerado en la Central de la KGB como un "caso especial", donde su familia pasó por el peor de los Infiernos al ser enviados a un gulag de Siberia, naciendo allí, en medio de gritos, dolor, desesperación, llenando su corazón del temor y luego volverse una persona fría, que no le importaban las medallas, para él, eran solamente como "caramelos para que un niño deje de llorar", era su punto de vista, no le importaban las condecoraciones ni las menciones a su honor, sino, lo único que deseaba era recuperar ese prestigio que le fue arrebatado a los suyos en los tiempos de Stalin.

Cada quien tenía su Pasado, su historia por contarse desde esas perspectivas: Guerra, Difamación, Patriotismo, tanto para Alexander, Dimitri y Santiago, esas eran las suyas, sus anécdotas.

En el bar que había allí, en ese rancho, allí se hallaba una pareja compuesta por una joven rockera castaña y un muchacho ruso de cabellos del mismo color que los de ella, salvo por sus ojos esmeralda. La muchacha se hallaba recostada contra el pecho de su novio oficial, dormida, mientras que éste le acariciaba su bello rostro, recordando todos los momentos vividos: El día que se conocieron bajo identidades falsas, la plaga zombie, cuando la protegió de aquellos fanáticos y nuevamente en Nebraska, las heridas que recibió por los disparos, todo eso era un buen material para comenzar a relatarlo en el Futuro, para sus hijos.

- "Nunca creí en mi vida que llegaría a conocer a una chica tan increíble como Luna Loud. Se que suena raro para mí, pero ella me enseñó tanto en estos momentos tan duros: A dejar el Pasado atrás, de vivir el Presente para tener un buen Futuro".- Pensaba aquel muchacho, mientras que en su cabeza tenía un gran cúmulo de pensamientos y planes por hacer.- "¿Cómo serán nuestras vidas de ahora en adelante? ¿Qué será de la URSS?. No puedo abandonar mi hogar, es allí donde nací, pero tampoco quiero alejarme de ella, la amo muchísimo, con todo mi corazón y lo duro que debió ser en perder a sus amigos. Yo nunca tuve, viví siempre encerrado en ese gulag hasta que se ordenó nuestra liberación y posterior perdón. Esa marca que jamás se fue de mí, siempre me tuvo aferrado, anclado...hasta el día en el que conocí a Alexander en el Cuartel General de la KGB".-

dead land The Loud House Where stories live. Discover now