Parte 16

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El Sol estaba saliendo sobre aquellas tierras devastadas, "plagadas" de muertos vivientes, el sonido de sus pasos lentos, torpes, buscando a alguien para convertir y pasar a su bando, seguía latente, uno no podía fiarse de lo que había más allá, allí afuera, cualquiera que fuera desprovisto de armas y comida le significaría la muerte en cuestión de segundos, además de que habían otros enemigos, además de los zombies, también se hallaban los grupos armados que se dedicaban al pillaje, saqueo y los fanáticos religiosos, éstos dos les estaban dando caza a los que les habían provocado bajas en sus bandos, pero por caminos separados.

El grupo había abandonado el Condado de Hooker y ahora se hallaba por aquellas extensas y áridas mesetas, un desierto, no era tan caluroso, sus arenas eran como el trigo, el oro que resplandecían con los destellos del Sol, el Astro Rey que aparecía en los Cielos, anunciando un nuevo día de supervivencia para las personas que estaban con vida en refugios o en sus hogares, asediados por los muertos vivientes.

"Sandhills", allí en donde el viento se movía y arrastraba el polvo de aquellos suelos, haciéndolos desaparecer en la lejanía, un misterio que se podía develar, la historia que por tanto tiempo transcurrió allí y en especial cuando comenzaron a moverse enormes grupos de familias, muchos de ellos de la Aristocracia Sureña por la derrota en la "Guerra de Secesión Americana", buscando nuevas fuentes de riqueza, algunos por las aventuras, en especial por la llamada "Carrera al Lejano Oeste", los vaqueros, los bandoleros y delincuentes que asaltaban los trenes con diligencia, bancos, indios del desierto, el ganado y la famosa "Fiebre del Oro". En ese camino que fue cruzado por aquellas personas en el Pasado, ahora se movían varios coches en dirección hacia el Oeste, no era una búsqueda de riquezas, de hacerse ricos, sino de hallar a sus seres queridos, reconstruir a su familia y de ahí empezar a sobrevivir, alejarse de las grandes ciudades, aunque esto les llevaría su debido tiempo.

Desde la camioneta de Jack, allí se hallaba Santiago con Evelyn, los cuales, ubicados en la parte de atrás del vehículo, vigilaban el Este, ya que podían ser atacados por los enemigos como Dominic y Carmody, quienes les estaban siguiendo el paso a todo momento. El joven llevaba consigo su rifle de francotirador y la espía contaba con un M-16 que les había quedado de cuando revisaron Dimitri, Luna y Lynn la Armería de la Comisaría del Condado de Garfield.

- ¡Achu!.- Estornudó Lori con fuerza, provocando que sus acompañantes, en el vehículo de Alexander, se despertaran de golpe.

- ¡Ah, mierda!.- Gritó Alexander, quien casi se golpeaba la cabeza contra el techo del auto, ya que se hallaba durmiendo.

- Disculpen, pero...¡achu!.- Se disculpó la rubia Loud, pero de nuevo volvió a cometer aquella acción.- Pero tengo alergia al polvo.-

- Ten, usa esto.- Le entregó Santiago una bufanda para que se cubriera de aquellos ácaros.

- Gracias.- Agradeció Lori, mientras que se iba protegiendo y de allí continuaban con el viaje.

Proseguía callado el sitio, ningún enemigo a la vista, estaba callado el lugar, solo el viento, el polvo que era levantado y desaparecía en los Cielos, el Sol que estaba por salir, todavía proseguía la noche, la calma, después de todos los enfrentamientos que tuvieron hasta el momento, les estaba dando un buen camino para ellos. Santiago no paraba de vigilar junto con Evelyn el camino, Jack y Lena tenían los mapas y de ahí continuarían con ellos hasta que llegaran al Estado de Colorado, pero por ahora persistirían, se quedarían juntos hasta que llegara el momento de tomar caminos diferentes.

- Chicos.- Les llamó el argentino a los presentes, los que estaban despiertos.- Llevamos varias horas viajando por esta zona, ¿están seguros de los mapas?.- Preguntó éste, ya que no sabía si estaban yendo por un buen camino.

dead land The Loud House Where stories live. Discover now