24. Inglaterra

18.2K 2.2K 592
                                    

Narra ____

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Narra ____

El viento helado se cuela por puerta abierta del balcón y tengo los pies tan fríos que ya no siento los dedos, pero ni siquiera así me levanto a cerrarla.

¿Qué es lo que estoy esperando?

¿Que venga? ¿Quién? ¿Por qué?

¿Es por que hoy es viernes?

Soy una idiota.

Muerdo mi labio con fuerza, intentando contener las lágrimas que se han formado de nuevo en mis ojos al pensar en él. En el pasado. En los momentos que vivimos aquí mismo.

«Basta. ¡Ya basta, ____! ¡Deja de llorar!»  me digo a mí misma frotando mis ojos. Ya han sido horas completas desde que Gabriel se fue. ¿Cuánto más voy a llorar?

“No quisiera alejar a mi hijo de mi lado, pero lo haré si ésa es la única manera en la que puedo protegerlo”

El recuerdo de la conversación previa vuelve a la mínima oportunidad que tiene y dejo que mi mente regrese a ella sólo por que soy una masoquista que no sabe qué más hacer.

“Inglaterra es un lugar interesante. No le llevará mucho tiempo acostumbrarse a ella”

“¿A qué se refiere con éso, señor Agreste?”

“Me refiero a que Adrien podría irse y no volver si sigues insistiendo tanto”

“¿Por qué hace ésto?”

“¿Y por qué no?. Todo está en tus manos ahora. Él ya hizo su elección, es tiempo de que hagas la tuya”

Inglaterra...

Éso está... Algo lejos.

¿Adrien dejará de ser Chat Noir si se va de París? ¿Ya no podrá hacer todo lo que le gusta? ¿No volverá a ver a sus amigos? ¿A Ladybug? ¿A.. Mí?

Maldición... Ya no sé qué hacer.

―____... ¿Puedo entrar? ―pregunta Ander mostrando su cabeza a través de la puerta.

―Entra... ―murmuro limpiando mis ojos con las sábanas.

―Lo siento, es sólo que... Estaba preocupado. ¿Todo está bien?

Lo miro con ojos de cachorro regañado e intento detener el temblor de mis labios.

―Sí, yo... Hum... ―mi voz se atora en mi garganta y finjo toser para pasarlo desapercibido, pero, una vez más, él puede leer a través de mí.

―____, tranquila. Ya no tienes que seguir ocultando nada. Estoy aquí ―murmura con ternura acariciando mi mejilla. Ése pequeño gesto parece ser mi debilidad, ya que al instante mi rostro se tensa, la garganta se me contrae y las lágrimas nublan mi visión. Niego con la cabeza y dejo salir todos mis problemas en un ruidoso llanto.

―Yo... ¡No estoy bien! ¡No estoy bien! ¡Me duele mucho, tío! ―confieso y Ander no tarda en rodearme con sus brazos.

Su calidez y sus mimos son todo lo que necesito para darme cuenta de lo mucho que anhelaba ésto.

―Eso es... Suéltalo todo.

―¡Ya no sé qué hacer! ¿¡Por qué!? ¿¡por qué me duele tanto!? ―Me aferro con fuerza a su camisa y escondo mi cara en su pecho. Siento sus manos acariciar mi cabello y el suspiro que suelta está cargado de frustración.

―Yo tampoco lo entiendo. Supongo que el amor es problemático.

―Pero... Pero si es tan doloroso, ¿realmente vale la pena?. ¿Cuánto más tengo que llorar?

Ander pone cierta distancia entre nosotros y me mira a los ojos con desconcierto.

―¿Estás pensando en rendirte?

―Sé que sueno patética. Lo sé. Pero sería más patético aferrarme a él cuando el destino sigue mostrándome que no somos el uno para el otro.

―¿Ésto es... Por lo que te dijo Gabriel?

―¿Qué? No, él no...

―Conozco bien a ése tipo. Sé que no vino sólo a tomar el té. ¿Qué fue lo que te dijo?

Oírlo decir aquello enciende mi curiosidad.

―¿Lo conoces? ¿Desde cuándo?

Ander suelta un suspiro y recuesta su cuerpo sobre el enorme peluche que tengo a los pies de la cama. No parece estar muy contento de hablar de Gabriel.

―Sólo diré que al estar en la misma industria hemos tenido algunos roces. Y sé que Gabriel no alguien fácil de tratar. Es como un niño. Un niño caprichoso, testarudo y calculador que tiene dos de los juguetes más peligrosos del mundo.

―¿Juguetes? ¿A qué te...?

―Dinero e influencia, desde luego.

―Pero no entiendo qué es lo que tiene contra mí. ¡Yo no le he hecho nada!

Ander vuelve a suspirar.

―¿Aún no lo entiendes? Él ha pasado todos éstos años controlando la vida de su hijo en un intento por controlar la suya. Y ahora que su hijo se rebeló, para él es el fin del mundo. Y te está culpando por ello. Aunque no tenga sentido, él no es un hombre con el que sirvan las palabras. Usará esos juguetes que tiene para conseguir lo que quiere y ambos sabemos que tú sola jamás podrás contra él...

Ahora es mi turno para suspirar.

―Es por eso que no quiero pelear. Él es...

―Pero tú no estás sola, ¿sabes? ―dice de pronto dibujando una confiada y ladina sonrisa―. Me tienes a mí. Y no pienso permitir que siga lastimándote. Sólo tienes que decirme qué quieres hacer y te apoyaré con todas mis fuerzas.

Parpadeo repetidas veces sintiendo cómo mi corazón se llena de un hermoso e indescriptible sentimiento de paz.

¿Así se siente el amor paternal?

―Gracias, tío ―empiezo―, pero me temo que ésta vez no hay nada que puedas hacer.

Ander arruga la frente.

―¿Por qué lo dices?

―Por que... Gabriel me amenazó. Dijo que enviará a Adrien a Inglaterra si no me alejo de él. Y... Y creo que ya es suficiente. Tengo que saber cuándo he perdido el juego, ¿no lo crees?

Ander muestra una cálida y compasiva sonrisa mientras abre los brazos, invitándome a perderme en ellos. Lo abrazo y dejo que su calor me reconforte durante el tiempo necesario.

No oigo nada de él durante un largo rato y el sueño que siento empieza a consumirme lentamente. Apenas estoy consciente cuando él dice:

―¿Quieres venir a Italia conmigo y cumplir tu sueño en mi agencia?

―¿Quieres venir a Italia conmigo y cumplir tu sueño en mi agencia?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Un Gato Viene a Verme (Chat Noir/Adrien y tu)Where stories live. Discover now