Por accidente descubrí la identidad de Chat Noir. Le prometí que no se lo diría a nadie, pero desde entonces él ha tenido un ojo sobre mí todo el tiempo.
¿Será éste el principio de una hermosa amistad? ¿O... De algo más?
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HISTORIA BASADA SÓLO EN...
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Narra ____
El día fue tan agotador que me meto a la ducha apenas llego a casa, tomándome mi tiempo para que el agua caliente despeje mi mente y relaje mi cuerpo.
Me digo a mi misma que no pensaré en nada por el resto del día, pero me es imposible no ser atacada por las miles de preguntas que tengo sobre lo que pasó hace un rato con Ladybug...
¿Por qué de pronto tenía tanto interés en nuestra relación? ¿Y por qué preguntó por Adrien? ¿Será que sospecha algo? ¿Sabrá que Adrien es Chat Noir? Quizá... ¿Quería saber si yo también lo sabía?
¡Ahg! ¡Suficiente! Si sigo pensando en ello y creando suposiciones cada vez más paranoicas me voy a volver loca.
Miro mi reflejo en el espejo de baño y me asusta las ojeras que me traigo. Mañana comienza los ensayos para la obray temo no estar lo suficientemente concentrada.
Suelto un supiro y me cambio en el baño como lo hago siempre, antes de salir con la toalla alrededor del cuello en busca del secador.
El corazón se me detiene cuando veo a Chat sentado sobre la alfombra y sosteniendo uno de los tantos peluches que llevo coleccionando hace ya varios años.
―¡Dios! ¡Me asustaste! ―grito en un murmullo para no alertar a mi abuela, quien prepara la cena. Él me mira con ojos tristes y mi pecho se contrae.
―Perdón... ―dice, cabizbajo.
Chat nunca había venido tan tarde a mi casa, por lo que no me cuesta demasiado deducir que ha pasado algo malo.
Sujeto mi cabello con la toalla y me acerco a él despacio. Me siento sobre la alfombra y dejo que se recueste en mis piernas sin decir ni preguntar nada. Él no tarda en rodear mi cintura con ambos brazos y esconder su rostro en mi pecho.
Sonrío con nostalgia y doy gracias al cielo por ser un lugar seguro para él.
Acaricio su cabello con calma, disfrutando del silencio que nos envuelve. El ronroneo que tanto amo nos hace compañía y dejamos que los minutos pasen a su ritmo.
En algún momento, Chat empieza a frotar su rostro contra mi pecho y no puedo evitar que una risita se escape de mi boca.
Él levanta el rostro y me mira con ojos expectantes, brillantes, llenos de un sentimiento que no había visto antes.
―¿Qué... Qué pasa? ―balbuceo poniéndome nerviosa. Chat niega y sonríe.
―Nada. Solo... Hueles muy bien ―murmura levantándose sobre sus antebrazos para quedar frente a mí.
Mira mis labios y yo miro los suyos. No hay nada que decir. Ambos nos dejamos llevar por la atmósfera y el momento.
Me besa. Lo beso. El acto comienza de manera ansiosa y casi desesperada.
