Prohibido enamorarse [Matt Bomer]

46. Felices 21

Narra Bridget...

Los días han pasado y Matt y yo al fin nos hemos estabilizamos un poco como una pareja más normal.

Algunas noches luego del trabajo él me pasa a buscar y nos quedamos en su casa viendo películas o simplemente gozando de una buena dosis de sexo hasta el amanecer.

En las mañanas, desayunamos juntos -si es que pasamos la noche anterior juntos- y si no, nos enviamos mensajes hasta nuestro próximo encuentro.

Aún mantenemos oculta nuestra relación ya que hay más personas en contra que a favor de que lo nuestro funcione, como por ejemplo mis papás, que pegarían un grito en el cielo si supieran que su hija de 20 años sale con un tipo de 37. O Jess, si supiera que su mejor amiga siempre salió con el novio y luego ex novio de su mamá... y obviamente Barbara, que es la que más me atemoriza.

Por el momento, es mejor seguir protegiendo lo nuestro del mundo.

-Buenos días hermosa –su voz es diferente hoy, por alguna razón Matt está super alegre esta mañana.

-Hola señor Bomer –contesto algo adormilada. -¿Amaneciste de buen humor hoy? –digo divertida mientras parpadeo varias veces.

Escucho su risa traviesa a través del teléfono.

-Bueno, ¿Hoy es un gran día no? 

-¿Lo dices porque ya soy un año más vieja? –ruedo los ojos y río. 

-Eres un año mayor, un año más hermosa y un año más madura. Feliz cumpleaños Bridget. No sabes cómo me gustaría estar ahí para entregarte tu regalo personalmente –bromea siendo sugerente y me hace sonrojar.

-Gracias Matt –siento ganas de besarlo ahora mismo, pero él está en una reunión de trabajo en Portland.

-Nos veremos esta tarde para cenar y celebrar tus 21. Te pasaré a buscar al trabajo.

Si, ahora tengo un nuevo trabajo. Nada que ver con mi profesión, soy asistente de ventas en una tienda de maquillaje.

Cuando vi el anuncio online, postulé al puesto aprovechando que me encanta el maquillaje y el buen dinero que ofrecían por el puesto. Por suerte me llamaron y quedé. Lo único malo es que entre los estudios, todo lo demás y Matt, ya casi no tengo tiempo para mí.

Cosas de ser un adulto responsable, supongo.

-Ok, allí te esperaré –respondo feliz.

-Te quiero mucho Brid –su voz es cálida y me hace sonreír como una boba enamorada. 

A pesar de que un "te quiero" de la boca de Matt es un gran paso en su lucha por volver a entregarse al amor, mi subconsciente sueña con escuchar un te amo; sé que no debo presionar, ya llegará el momento cuando él de verdad lo sienta.

-Yo también te quiero mucho –digo feliz. –Nos vemos esta tarde.

-Hasta entonces nena.

A penas termino la llamada, Jess entra a mi habitación con una pequeña torta y una vela de un lindo "21".

-Cumpleaños feliz, te deseo yo a ti...

Ella canta todo el resto de la canción y al terminar llega hasta mi lado y se sienta en la cama junto a mí.

-¡Sopla la vela Brid! ¡Pero recuerda pedir tres deseos! –ríe como niña pequeña.

Rápidamente pido que Matt se enamore de mí como yo lo estoy de él. También pido que mi familia esté bien en todos los sentidos y que por fin pueda terminar mis estudios para ser una gran fotógrafa.

Soplo con todas mis fuerzas y luego de reír y de los abrazos bien apretados de Jess, ella trae unos platos para desayunar la linda torta de chocolate que compró para mí.

***

Narra Matt...

Son las 4:30 de la tarde y salgo agotadísimo de la tercera reunión con mis socios de Adidas aquí en Portland. Iniciaríamos una campaña publicitaria para una nueva colección de ropa deportiva pronto y solo tenemos dos semanas, o sea, trabajo a full.

Aprovechando el nuevo break entre mi siguiente reunión, salgo de la sala y llamo a uno de mis empleados de Ares en Seattle.

-¿Señor Matt?

-Hola Bob, ¿Cómo va la sorpresa para mi novia?

-Excelente señor. Ya hicimos la reserva en el Escala y también le mandamos las flores y chocolates a su departamento.

-¿Te fijaste que mi nombre no saliera en los regalos verdad? Ya sabes que lo nuestro es bastante reservado.

-Por supuesto señor. Todo es anónimo.

-Muchas gracias Bob, te mereces un ascenso amigo –digo bromeando. Bob es mi mano derecha en la empresa. El único en quién confío respecto a mi vida privada.

-Le cobraré la palabra señor –dice él riendo.

Luego de terminar la llamada, estoy horriblemente ansioso por la sorpresa de esta noche.

Sé que Brid se pondrá como loca. Río en mi interior.