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Narra Bridget...

-Matt –gimo en sus labios mientras lo siento entrar duro en mí.

-No sabes cuánto extrañé esto –su voz está entrecortada, su respiración agitada. Oh Dios, cuanto extrañábamos hacer esto.

 Oh Dios, cuanto extrañábamos hacer esto

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Mi espalda está pegada contra la fría pared del baño mientras me afirmo de sus hombros y él me sostiene de mi trasero. Su tibio cuerpo está sudado como el mío. Mis piernas enrolladas en su cintura mientras está entrando una y otra vez en mi.

Jamás pensé que tendría sexo alocado en un baño, menos con el ex novio de la mamá de Jess quien está por venir.

La sensación de que Barbara y mi mejor amiga puedan llegar en cualquier momento hace que la situación sea aún más excitante. Peligrosa.

Matt tiene su torso al descubierto pero aún mantiene puesta la mayoría de su ropa, yo al contrario, estoy completamente desnuda, sintiendo su miembro entrar cada vez más profundo en mi. Lloriqueo al recibir cada una de sus embestidas, con gritos ahogados en su boca. Esto es demasiado intenso. 

-Eres lo mejor que me ha pasado hace mucho –muerde mi labio inferior con desesperación mi me presiona más contra la pared.

Estamos en eso cuando de pronto suena la puerta y ambos nos quedamos inmóviles.

-¿Brid? ¿Estás bien?

Oh Mierda. Es Jess.

Matt me mira divertido, aún moviéndose dentro de mí. Golpeo su hombro intentando separarme de él.

-Basta –susurro. –¡Estoy bien! –grito para que Jess me escuche y río extasiada al seguir sintiendo a Matt penetrandome sin importar nada más.

-Ok, es que los fideos ya se estaban quemando –grita divertida.

-¡Lo siento, tenía que entrar! –digo riendo, pero no es que la situación me cause risa, solo río por los nervios de pensar en solucionar esto.

-¿Me vas a dejar a la mitad? –Matt hace pucheros cuando lo aparto de mí.

-No es momento para seguir -digo avergonzada y aún riendo. ¿Dónde demonios dejé mi ropa?

-Bien -hace cara de berrinche mientras acomoda su ropa.

-¿Puedes pensar en cómo te saco de aquí? –digo mientras recojo mi ropa y me visto rápidamente.

-Sal tu primero, vas a la cocina, distraes a Jess y yo salgo y me escondo en tu habitación –sonríe.

Bueno, cuando los dos estamos vestidos y listos, ponemos en marcha nuestro plan.

Salgo rápidamente y me dirijo a la cocina. Jess está hablando con Barbara que ya ha llegado.

-Hola querida –ella me abraza y luego me mira de forma extraña. –Mmm... ese olor, me recuerda a Matt –oh mierda. ¿Esto es en serio?

Solo puedo mirarla en silencio haciéndome la boba y frunciendo el ceño divertida. –Matt usaba ese perfume querida, si tu novio ocupa ese dile que no lo haga más –suelta una risotada. –Odiaba ese olor cuando Matt lo usaba –ella vuelve a ayudar a Jess a ordenar la comida y yo guardo silencio.

Por dentro doy un largo suspiro y luego comienzo a ayudarlas.


***


El almuerzo pasa normal pero yo estoy todo el tiempo con la cabeza en las nubes pensando que Matt está en mi habitación esperando por terminar lo que empezamos en el baño.

A eso de las 5:20pm, Barbara y Jess se van al centro comercial a hacer unas compras y al fin puedo ir al encuentro de mi novio no novio.

Entro a mi habitación suavemente con un plato de lasagna para Matt que de seguro estará hambriento, pero cuando entro veo que él está completamente dormido encima de mi cama.

Sonrío pensando en asustarlo pero luego decido dejar el plato encima de mi escritorio y acostarme a su lado.

Él abre lentamente sus ojos y me sonríe.

-Hola, pensé que nunca vendrías –cierra sus ojos de nuevo y me abraza a su cuerpo. –Vamos a casa, allá estaremos tranquilos y podremos terminar lo que empezamos.

-Ok –digo sonriendo. -Pero primero debes almorzar –me levanto y tomo su plato. Él me mira feliz.

Luego de que Matt coma desesperadamente su plato de lasagna, yo me cambio de ropa, arreglo un bolso y decido pasar el fin de semana entero con él en su casa.

Como estuvimos tanto tiempo separados, un par de días nos hará bien para ponernos al día con las tareas. Dejo una nota para Jess diciéndole que iré a casa de mis papás hasta el domingo.

-¿Y qué hiciste en New York? –pregunto mirando las lujosas casas pasar por la ventana del auto.

-Pues descanse, me mantuve trabajando en Ares NY y también visité a mis padres.

-¿Sissi y John? -sonrío orgullosa de saber sus nombres.

-Sip -me mira divertido.

-Nunca me has dicho si tienes hermanos –pregunto curiosa.

-Soy hijo único –sonríe. ¿Y tú?

-Matt –ruedo mis ojos. –Ya conoces a mis hermanas, Caroline y Mina –río.

-Cierto -ríe. -Es que casi nunca visitas a tu familia –me mira serio.

-Si lo sé pero es que odio el ambiente y no soporto que mis hermanas se estén criando como unas burguesas que lo tienen todo, –lo miro afligida. -Realmente no quiero que ellas estén vacías por dentro cuando sean mayores y que piensen que mis papás les darán todo siempre.

-Tú no eres así –me mira tranquilo.

-Porque yo decidí cambiar, pero antes también era una adolescente malcriada –me río.

-Bueno, entonces con mayor razón deberás visitar más a tus hermanas y enseñarles lo que tu aprendiste –sonríe y luego vuelve la vista al camino.

En cuestión de minutos llegamos a su casa. Él estaciona el auto afuera del garaje y luego salimos del auto riendo y besándonos.

Estamos por entrar a la casa cuando escuchamos una voz desde nuestras espaldas.

-¿Bridget? ¿Eres tú?

Rápidamente nos volteamos y veo que mamá está parada en la vereda mirándonos como si fuéramos dos espectros.

Oh no. No.

Prohibido enamorarse [Matt Bomer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora