Capítulo 38

130 5 1
                                    

Ya habían pasado alrededor de tres días, desde que habían vuelto al palacio, todo continuo normal, por decir así. 

Pucca; como ya lo había previsto Garu, se encontraba muy emocionada por su ceremonia y el día de su unión. Su amiga Ching había regresado recientemente al palacio, y era ella quien se encontraba ayudando en la mayoría de las veces a su amiga. La mayor parte del día se les veía juntas caminando de un lugar a otro teniendo siempre un solo tema de conversación. 

En cambio, Sia se encargaba de instruir a Garu, acerca de todo lo que debía saber. 
A decir verdad, no le era muy complicado para él, le historia del imperio y de los clanes que lo integran, lo conocía perfectamente, gracias a las lecciones que una vez le impartió su maestro; la geografía ni se diga, el mismo se había dedicado de memorizar cada rincón del mismo, no era tan complicado leer los mapas que le mostraban. La mayor parte de las veces, trabajaban en su vestir, hablar y caminar; debía mostrar autoridad, y de la misma forma debía imponer respeto y lealtad ante su pueblo. También cabe decir, que de igual forma se dedicaba en trabajar en sus entrenamientos como ninja; no estaba demás el saber defenderse y poder proteger a su propia familia. 

En esos momentos, Sia se encontraba mirando desde una distancia adecuada; la tan dedicada forma en la que Garu entrenada, la forma en la que se movía y esquivaba cada ataque, hacia mostrarlo como algo sencillo; sin duda le encantaba empuñar su katana. Los rumores acerca de él, no mentían.

Una vez su entrenamiento termino, se fue acercando a ellos, con tal de poder hablar con el joven. 
Cuando todos la miraron, hicieron una reverencia, incluyéndolo...

Garu: perdone, no la vi entrar. 

Sia: solo no quise interrumpir, te veías muy cómodo entrenando. 

Ante la declaración no pudo evitar sonreír, ya que era cierto.

Sia: descuida, venia a decirte que unos hombres vendrán al palacio... [Explico] Quieren hablar con él emperador. 

Aquello le sorprendió, era algo que temía que pasaría; no sabia sobre lo que querrían hablar aquellos hombres pero bien podía darse una idea. Pero lo que más le inquieto, fue la forma en la que Sia se dirigió a él, era la primera vez que le llamaba por su futuro titulo. 

Sia; será mejor que te prepares, llegaran después de la cena. [Se va]

El resto del día estuvo inquieto, era algo nuevo para él. Esta vez mostraría todo lo que había aprendido, ya no era solo un soldado, esta vez, quería demostrar que tenia la facultad de portar el titulo de emperador y el derecho de casarse con Pucca.

Para cuando se dio cuenta, aquellos hombres recién habían llegado y él estaba terminando de arreglarse; debía verse presentable. De lo poco que escucho de Sia, aquellos hombres eran miembros del consejo de los clanes más importantes; formaban parte de las grandes potencias del imperio. Lo cual, hizo que empeoraran aun más sus nervios.   

Una vez bajo por las escaleras, camino hasta la sala del trono, donde justamente se encontró a Sia esperando, mirando únicamente a la puerta del frente, esperando por la presencia de aquellos hombres. Por lo que pudo notar, se le veía algo intranquila.
Y sin hacerla esperar, camino hasta estar a su lado...

Garu: lamento mi demora. 

Sia: llegas a tiempo, no hay porque justificar. [Dijo sin mirarlo]

Garu; si me permite, ¿Dónde esta ella?

Sia: en su alcoba, no nos acompañara, no para emocionarse por su ceremonia. 

Garu: ya veo. ~Ya me lo esperaba.~ [Pensó]

No Importa Que... [Garucca] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora