Capítulo 30

121 7 4
                                    

Habían pasado solo días desde que llegaron a Nitta, la gente no paraba de moverse.
Hubo ordenes para que se le informara a los clanes sobre el plan que se haría contra el palacio.

Como era de esperarse, no se sabía más sobre los samurais, habían dejado de atacar. Dada tenía razón, Muji estaba creando un puente entre el imperio y el clan Samurai; se estaba encargando de trabajar en lo poco que quedaba de Takeda, para convertirlo en un puente de encuentro entre él y su gente.

Cada uno de los clanes había puesto tareas para cada uno de sus hombres; debían entrenar, planear, incluso entregar y recibir mercancías; desde todo tipo de comida hasta toda clase de armas que les serían de utilidad
No había ningún hombre que no tuviera tarea alguna.

Por una parte eso beneficio a Garu, ya que al menos se mantenía alejado de todos y de la misma forma mantenía su mente ocupada.
Fuera de eso, Pucca hasta hace poco se enteró que Garu estaba vivo, no sabía que era lo que le había pasado, pero de alguna u otra forma, el tiempo en el que no se habían visto, algo causo un cambio a su carácter. La trataba con respeto, mantenía distancia entre ellos y ni siquiera se atrevía a mirarla a la cara. Era lo que más le dolía, sin duda en un principio creyó que aquel beso no había valido nada, pero primero quería averiguar el por qué de su cambio.

Era casi de noche, la gente seguía moviéndose, pero a comparación que durante el día eran menos. Logro escapar de la vista de su acompañante, y se encaminó al pequeño bosque de la aldea. No había nadie cerca, solo esperaba poder pensar en algo, para poder acercarse aquel chico, sin levantar alguna sospecha.
No muy lejos de ahí, logro divisar una sombra, por un momento pensó en salir corriendo, pero con ayuda de la poca luz que pasaba por las ramas de los árboles logro darse cuenta que se trataba de él.
Tal vez, fue instinto. Pero fue su cuerpo que reacciono y salio corriendo tras de él, hasta poder abrazarlo.

Garu: ¿Pucc... [Se detuvo, al momento de darse cuenta de lo que estaba por hacer] Princesa, ¿le sucede algo?

Pregunto de la misma forma en que últimamente lo hacia, cortante, sin sentimiento, como si su presencia le molestara. Trato de apartarla, pero por su increíble fuerza, juraría que le sería imposible.

Pucca: ¡Pucca, soy Pucca! [Dijo casi gritando]

No quería que se alejara, no quería apartarlo, en todo ese tiempo era lo más lejos que había llegado.

Pucca: dijiste qué no me dejarías. [Hablo casi llorando]

Aquello le causo una presión en el pecho.
En todo ese tiempo solo estaba pensando en él mismo, en ningún momento se detuvo a pensar que era lo que ella sentiría.

Garu: lo siento, Pucca.

Aquello lo dijo de forma tranquila para poder calmarla, al igual que al momento, le devolvía el abrazo y así poder acercarla un poco más a su cuerpo.

Ninguno decía nada, lo que menos querían era arruinar el momento que tenían. Hacía tiempo que ambos necesitaban de esto.

Pucca: ¿qué te pasó? [Pregunto sin separarse]

Garu: perdóname, no debí actuar así, y menos contigo. [Dijo abrazándola más fuerte] Es solo que, han pasado muchas cosas.

Pucca: ¿Es sobre los marcados? [Dijo sin más]

Por un momento Garu tardo en responder, pero al final termino por decirle la verdad. Y de la misma forma le contó todo lo que había pasado.
No tenía idea de porque lo hizo, pero de alguna forma, le hacía bien estar con ella, y lo que más necesitaba era que alguien lo escuchara.

No Importa Que... [Garucca] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora