Capítulo 27. +18

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Este capítulo es +18, con contenido sexual explícito, sí no es de tu agrado este tipo de lectura te recomiendo omitir este capítulo, tu comodidad es primero.
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2007, Pasado.

Clara

En las ultimas semanas Thomas se había portado muy bien conmigo, era atento,  caballeroso y cariñoso cuando se lo proponía, y yo era la más feliz con eso.

Pasaba por mi en las mañanas para irme con él hacía el colegio, y a la salida él se quedaba a entrenar, es miembro del equipo de fútbol, yo regresaba a mi casa con Em, ya qué Leo también entrenaba, algunas veces los íbamos a ver, y otras veces no.

Thomas y yo ya nos conocíamos más, sabía que no le gustaban los chocolates, pero sí las gomitas, no le gustaba bailar al igual que a mi, teníamos una relación bastante tranquila, él tenía sus amigos y yo los míos, ambos habíamos empezado a involucrarnos en los grupos de amigos del otro, nos dabamos nuestro espacio, no era una relación tóxica, nuestra relación era bastante cómoda.

No eramos novios, pero como amigos funcionamos bien, en clases nos ayudamos, Thomas es bastante inteligente y yo no me le quedo atrás.

Habíamos salido y eran "citas" así las llamaba él, y sí lo eran, en cada una de ellas había querido besarlo aunque no lo había hecho, lo sabía era una cobarde, pero no quería apresurar las cosas, vamos a nuestros ritmo para que lo que estamos empezando; perdure y se intensifique.

Un sonido interrumpió mis pensamientos y era una llamada entrante de Thomas.

Thomas: hola, preciosa.

Yo: hola, ¿pasa algo?

Thomas: sí, ayer se te cayó algo en mi camioneta, ahora lo encontré.

Yo: ¿Qué es ese algo?

Thomas: la cadena que siempre llevas, una que tiene una piedra azul.

Pero, ¿Qué?, no había visto que no la traía puesta, esa cadena es muy importante para mí.

Yo: no lo había notado, iré ha traerla en unos minutos.

Thomas: acá estaremos esperándote, linda.

No pude evitar sonreír como una tonta.

Terminé de arreglar unas cosas en mi casa y fui a la casa de Thomas, quién abrió la puerta fue, Teresa, con una sonrisa me hizo pasar.

- Hola Teresa, ¿se encuentra, Thomas?

- Buenas tardes señorita Márquez, el joven, Thomas, se encuentra en su habitación, me dijo que cuando usted viniera la hiciera pasar al estudio. Sígame, es por acá.

- Está bien.

Teresa me llevó al estudio, y luego se marchó, después de unos minutos ví a Thomas entrar, tan guapo, traía puesto un short azul cielo con una camisa blanca y unos tenis blancos, Thomas es un jodido antojo para mí, solo el verlo, y sentir su olor provocaba que se secará la garganta y mi respiración fallará.

- No solo puedes comerme con los ojos, hay otras maneras más deliciosas. – dijo con una sonrisa pícara.

- Deja de juegos, ¿Dónde esta mi cadena? – fue lo único que pude decir, me pusé muy nerviosa.

- Está sobre el escritorio – dijo acercándose.

Se paró frente a mí, a tan solo unos pocos centímetros, avanzo de nuevo y por instinto dí unos pasos hacía atrás, hasta que choqué con el escritorio, Thomas sonrió y avanzó más, a través de su mirada podía leer eres mi presa y sí él era mi cazador entonces no me importaba ser su presa, se acercó tanto que nuestros alientos se juntaban, con una mano tocó mi mejilla, y luego sin más, me beso, un beso lleno de ganas, de deseo, intenso, delicioso, nuestras lenguas jugaban, y quería no desear mas pero fue imposible, el chupaba, mordía, y succionaba mis labios, haciendo que el deseo para lo más prohibido que pudiesen hacer dos personas se despertará, no era mi primer beso pero si era el mejor.

Metió sus manos debajo de mi camisa, y rozo sus dedos por mi vientre, mis costillas, y luego toco mis pechos, no pudé contenerme más y gemí, fue un gemido que fue ahogado en nuestras boca y eso hizo que el agarrara mis pechos y los apretara, con eso bastó para que una corriente recorriera mi cuerpo y ya no fui capaz de pensar con claridad, él me pego más a su cuerpo y pudé sentir lo duro que estaba, las ganas que él también tenía, fue inevitable no querer tocarlo, así que aún con la tela del short lo toque e hice un camino en él, se puso más duro pero con sentirlo así, la humedad se apodero en mi entrepierna.

De una manera tan ágil él me quito la camisa, y la parte superior de mi ropa interior, me miró, me miró con deseo, lo caliente que estaba era evidente, veía mis pechos con tanto deseo, así que tomé sus manos e hice que los agarrara, los masajeo y luego empezó a besar mi cuello lentamente hasta bajar a mi clavícula, tomó mi barbilla e hizo que lo viera directo a los ojos y me besó, succionó mi labio inferior y luego bajo la vista, él se comió con la boca mis pechos, chupo y mordió mis pezones.

Desabotono mi pantalón y lo quitó por completo, me besó y empezó a jugar con el borde de mis bragas.

Agarró mis nalgas y las apretó, me levantó y yo rodee mis piernas en su cadera, me llevó hacía el sofá y me acostó, me beso y sin previo aviso metió su mano entre mis bragas y empezó a tocar, haciendo círculos, empecé a tener un dolorcito de deseo, y el pareció notar que quería más, se apartó de mí y se quitó su ropa, lo ví completamente desnudo, estaba tan bueno, que mis ganas aumentaron, el sacó de un cajón un condón y se lo colocó frente a mí, con una sonrisa, y luego regreso a mí, me quito mis bragas y se colocó, sentí cuando encontró en mi, no era mi primera vez, pero se sentía como sí lo fuera, cuando ya estaba dentro por completo, empezó a moverse dentro de mí, al principio lento, en ese momento sentía dolor pero luego fue remplazado por placer, me sentía llena, completa, el empezó a moverse más rápido, era tan delicioso, mis gemido, y también los de él, ambos con tantas ganas, de un momento a otro dejaron de ser movimientos tranquilos y empezaron hacer duros, fuertes y necesitados, mi espalda estaba arqueada por tanto placer y él aprovechaba para besar y succionar mis pechos, era tanto, las emociones eran intensas, y mi vientre se sentía cargado sabía que ya no aguantaría más, el orgasmo  nublo mi mente, Thomas siguió y tras unas embestidas más llegó a su propio placer, haciéndome gemir.

- Thomas, ah - dije con dificultad, el deseo se escuchó en mi voz, él seguía moviéndose lento y me besó, un beso dulce.

- Clara, me encantas. – dijo, cuando lo ví sus pupilas estaban dilatadas por el deseo, luego se separó de mi, se quitó el condón y lo tiró a la basura.

- Thomas – dije como una tonta, como si fuese mi primera vez, en realidad esta había sido mucho mas deliciosa que mi primera vez.

Luego de eso ví la hora y recordé que mi mamá en unos minutos llegaría, tenía que irme, empecé a cambiarme y agarré mi cadena.

- ¿Por qué te vas?, ¿hice algo malo? - preguntó.

- Ya es muy tarde, no hiciste nada malo, me voy porque en unos minutos llegará mi mamá a la casa y debo estar ahí – dije poniéndome de puntillas para darle un corto beso en los labios.

No espere a que él respondiera, salí casi corriendo del estudio y de su casa.

Me entregué a Thomas, y  me encantó, joder, sí me encantó.

Nota de la autora: Este capítulo es diferente a los otros, pero me encantó, ¿acaso se acaban de despertar sensaciones que estaban posiblemente dormidas?, ahora, ¿Qué pasará?

Pao.

A través de su miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora