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INNOCENCE. ( LIBRO UNO. )
Jade se adentró al cementerio con el ramo de flores que había comprado con sus ahorros del mes en mano. Lentamente, se acercó a la lápida de la persona que iba a visitar, luego se arrodilló frente esta.
—Hola —saluda en un susurro—. Te he traído margaritas, sé que son tus favoritas —sonrió un poco mientras las dejaba sobre la fría lápida. Se sobresaltó al oír un trueno, indicándole que llovería pronto. Jade no pudo evitar sonreír con tristeza acariciando las letras incrustadas en el metal—. ¿Recuerdas? Tú y yo adorábamos la lluvia, siempre jugábamos en el pequeño patio de nuestra casa saltando en los charcos. Pero ya no ha vuelto a llover —hizo una mueca para luego bajar la mirada—. Mamá y yo te extrañamos mucho, ¿sabes? —suspiró con melancolía—. No me gusta el trabajo de mami, ¿sabes? Siempre está con hombres y creo que eso no es bueno —le susurro a las flores, ella sentía como si esa persona estuviera ahí escuchándola—. Por cierto, creo que ya lo he repetido muchas veces, pero lamento no haber ido a tu funeral.
Se talló los ojos al sentir que lágrimas querían salir de ellos.
—Me hubiera gustado conocer a tu novio, tú me contabas que era agradable, pero creo que nunca lo sabré —moqueó—. Y el gorro que me regalaste, antes de morir. Era feo —sollozó—. Él dijo que me veía fea con él, mami y tú me mintieron —limpió sus lágrimas que ya habían caído hace varios segundos—. ¿Por qué me mentiste? Eso no hacen las personas buenas.
Jade siguió llorando mientras la lluvia caía, golpeo con todas sus fuerzas la lápida aún entre sollozos—. ¡Me prometiste que nunca me dejarías sola! ¡¿Por qué?! —gritó.
La pequeña castaña abrió sus ojos para leer el nombre de la difunda.
Skyller Thirlwall Badwi: 09.07.97 - 06.01.13
Cerró sus ojos y apego su frente a la lápida—. Te amo, hermana —le susurró para luego irse del cementerio.
