Una Blanca Navidad Y Una Rapunzel Pelirroja PARTE 1

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Las invitaciones; todas confirmadas.
Los arreglos; preparados y listos.
La mansión; blanca, reluciente y perfecta.
Perfecta para la celebración de la temporada.

El conde detestaba la época, el frío congelaba sus huesos y hacia que su pasado regresará como el gélido viento de invierno, éste lo recibía como si lo envolviera en brazos del piadoso angel de la muerte.
Y esté ángel lo visitaba en forma de una mariposa en su ventana.
Pero a pesar de su odio al día y la celebración, el joven conde aprovecharía la ocasión para mover la siguiente pieza del tablero.

C- Sebastian -

S- Joven Amo -

C- En cuanto todos los invitados esten presentes en la recepción será que de mi aparición -

S- Sí, Joven Amo -

La noche se alzaba.
La luna y su luz llenaban de vida la enorme edificación, la mansión de los Phantomhive, lo convertían en el bello escenario nevado.
Ideal para el siguiente movimiento.
Todos los invitados llegaban en carruajes, pero entre todos destacaba uno en especial, pues era el más esperado.

F- ¡Es el Señor Wilde! -

S- Así es, por lo tanto no quiero otro percance como la última vez -

F- Yes Sr! -

Aquel carruaje sería el último que llegaría a la velada, junto con el invitado más importante.

S- Señor Wilde, es un placer tenerlo de vuelta en la mansión Phantomhive -

El Mayordomo lo recibiría con ambas manos a la vez que lo ayudaría a bajar de su transporte.

W- Ciao Señor Sebastian, lo mismo pienso y ciertamente esperaba volverlo a tener frente a mi -
El joven usaría un atuendo blanco con bordados de flores invernales en hilo rojo.

La velada comenzaría.
El Mayordomo dejaría al "invidente" en la recepción a cargó de la doncella Mei rin, mientras él subiría por el Joven amo.

C- Sebastian quiero que atiendas y cuides muy bien del Joven Wilde -

S- Joven Amo? -

C- No quiero que sufra de ningún percance por su discapacidad, es una orden -

S- Yes My Lord -

Esa orden sería parte del movimiento entre el Dios Rubio y el Joven Conde.

Ciel haría su aparición y daría inicio a la celebración.

L- Feliz cumpleaños Ciel!
Una aniñada rubia saltaría a los hombros del conde y lo abrazaría jovial.

C- Lizzy! ... Gracias - el conde tendría una clara pero escondida expresión de disgusto y odio.
La ocasión no era nada feliz para él y el primero en notarlo sería un segundo rubio problemático.

W- Felices fiestas Conde Phantomhive, es un verdadero placer haber sido invitado a una ocasión tan especial -

C- Señor Wilde, le agradezco su presencia, permita que le presente a mi prometida Lady Elizabeth Ethel Cordelia Midford -

L- Mucho gusto -

W- Piacere di Conoscerti -

Ambos se saludaron en forma de reverencia.

W- Lady Elizabeth, me permitiría un momento a solas con su prometido -

L- claro, solo espero que no hablen sobre negocios Ciel, te recuerdo que es tu cumpleaños -

W- puedo prometerle que no se trata de trabajo, es más un asunto personal -

El Conde Phantomhive le extendería la mano al Joven Inversionista para suplir como su guía hasta el salón principal.

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