Es un secreto a voces, incluso muchos dudan de su veracidad. ¿Que aquel chico alegre y extrovertido es peor que Jiang Cheng? ¡Debía ser una broma!
Al menos aquel no estaba amenazando a todo el mundo con romperle las piernas por algo que no le parec...
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Ya había pasado un día desde la muerte de Peludita.
Admitía que en un principio cuando la encontró, la recogió únicamente con el propósito de asustar a Jiang Cheng (y a quien se le diera la gana en el proceso) pero se terminó encariñando, era tan pequeña y bonita, tan peludita.
Sabía que moriría pronto, pero nunca se imaginó que sería por descuido de otra persona y no propio.
En fin, ya no podía hacer nada.
Estaba muerta y eso nadie podría cambiarlo.
—Oye, te mandan esto.
Estaba recostado en su cama, aprovechando que ya las clases habían terminado, por lo que solo levantó un poco la mirada.
—¿Qué es?
—Una araña, amorfa, pero araña.
Sus ojos brillaron y se sentó de golpe, mirando lo que Jiang Cheng tenía en sus manos.
Sí, era una araña de papel. ¡Era igual a Peludita! O sea, no lo era, pero a sus ojos tenían ese parecido.
¿Era un regalo para él?
—¿Quién la envió?
—No preguntes y solo tómala.
La tomó entre sus manos y realmente se sintió conmovido. Podía pensar que fue obra de Nie Huaisang en modo de disculpa, pero este era excelente en manualidades, por lo que era poco probable; en cuanto a Jiang Cheng, este lo menos que haría sería hacerle un regalo. Menos una manualidad, conociéndolo la terminaría destruyendo por no quedar perfecta.
¿Entonces quién?
¿Quién tendría tan buen corazón para hacerle a Peludita?
—Vamos, dime quien fue.
—Que no y ahora deja de molestar.
Jiang Cheng parecía de mal humor, así que le intrigaba aún más saber de quien había venido el regalo.
Pero bueno, tendría que investigarlo.
Al día siguiente, llevó a Peludita 2.0 con él, presumiendola.
—Lan Zhan, Lan Zhan.
—Mn.
—¡Mira! Alguien me regaló una nueva Peludita —Sonrió, mostrándole a la araña de papel.
