Disculpas

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Sam y Andrea tomaron sus respectivos asientos junto con Lena y Kara. Andrea se aclaró la garganta y se preparó para lo que tenía que hacer. Después de haberse atrevido a besar a Sam, ya nada debería asustarle, pero no era cierto. Nada se comparaba a tener que hablar con Lena, ni siquiera era capaz de sostenerle la mirada.

—Lena, ¿Crees que pueda hablar contigo un momento?— Si bien sabía que tenían que hablar de muchas cosas, Lena todavía no se sentía lista para eso. Kara se puso inmediatamente seria y Sam se puso a jugar en el celular, Mario kart era mejor idea que tener que seguir enfrentado las consecuencias de sus malas ideas.

—Andrea, no creo que sea el mejor momento ahora...

—Necesito disculparme contigo y saber qué haremos en la empresa—Kara le había prometido a Lena que la apoyaría en cualquier decisión que tomara con Andrea y estaba dispuesta a hacerlo.

—Ve con ella, Lena. Yo te esperaré aquí con Sam—Tomó su mano y le sonrió. Para Lena ese detalle de confianza significó un gran acto de amor por parte de Kara. Lo pensó mejor,  debía enfrentar todo de una vez.

—Hablemos, Andrea.

—Excelente, gracias. Ya vuelvo, Sam—No sabía porque justo le había dado por decir eso, pero sabía que no era parte de su supuesta actuación. Sam dejó el celular y le guiñó el ojo a Andrea deseándole mucho éxito. Se retiraron a una banca que quedaba en frente de la pizzería, no parecía el mejor lugar, pero al menos no había nadie más y podían conversar a gusto.

—Lena, no sé por dónde empezar...

—Eso me corresponde a mí, Andrea. Lamento haberte mentido y creado toda esta serie de confusiones y malos entendidos. Sabía que todo esto era una pésima idea e igual permití que sucediera, nunca quise engañarte, de verdad.

—Confieso que al principio sí me decepcioné, Lena. No hubiera tenido ningún problema si me decías que venías con una amiga o lo que sea, sentí que no había necesidad de mentirme.

—¿Y ya no piensas lo mismo?

—Después de conocer a Sam y sus ideas locas, no puedo culparte ni reclamarte nada. Es obvio que fue su idea y conociendo lo convincente que puede ser, pues terminaste aceptando.

—Así fue, Andrea. Me alegra que lo entiendas tan bien, aunque eso no justifica o perdona mi actuar.

—No es para tanto, Lena. Me comporté peor yo, pese a que ni siquiera recuerdo la mitad de las cosas que pasaron ayer. Sam me contó lo que hice y quiero pedirte una gran disculpa, no estuvo bien todo lo que pasó.

—Andrea, efectivamente lo del beso no estuvo bien, pero no diría que fue lo peor de ayer—Andrea se preocupó, no imaginaba algo peor que besar a Lena en ese estado.

—¿Qué más hice?

—Pues, me contaste sobre tus sentimientos por mí...

—Lamento que te tuvieras que enterar así. Yo tenía esa absurda esperanza de que las dos podíamos estar juntas, ya sé, es una locura. Ahora  me resulta obvio entender que tienes a alguien más en tu vida y que le amas, pero en varios momentos, me sumergí en una falsa ilusión. No he actuado de la mejor forma y no sólo por estar borracha... Yo en serio quería todo contigo y me creía dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de conseguir tu amor. Ahora sé que eso también era mentira, pues realmente me preocupaba haberte causado algún problema o disgusto con tu novia.

—Gracias por decirlo, Andrea. Saber que te importa mi felicidad, significa mucho.

—Claro, Lena. Eres una extraordinaria mujer, mereces estar bien y lo mejor es que pareces estarlo. Te ves muy bien con ella, como sé que nunca te verás conmigo, entonces sé todo lo feliz que puedas ser.

La chica del apartamento 512 (Supercorp).Where stories live. Discover now