13. Ya era hora.

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—Sam, sé que quizá es un poco tarde para preguntar eso, pero por mi tranquilidad mental, Lena si está enamorada de mi hermana, ¿verdad? Me refiero a que espero que te lo haya confesado.

—Admito que actuamos impulsivamente, pero sí, Lena está muy enamorada de tu hermana, desde que la conoció básicamente.

—¡Lo sabía! Desde que supe de la existencia de Lena sentí que había algo especial de su trato con mi hermana.

—Para su mala fortuna la que se dio cuenta de eso fuiste tú y no Kara. ¿Aunque si la quiere verdad?

—La adora.

—Bien. Confieso que empezaba a caerme mal... Lena era demasiado obvia y Kara ni en cuenta.

—Soy la primera en querer golpearla, pero en su defensa, no era capaz ni de reconocer sus propios sentimientos... En la vida se iba a dar cuenta de lo que sentía Lena.

—Y bueno, Lena mucho no ayuda tampoco... Estaba convencida de que Kara tenía amores hasta para regalar.

—No la puedo culpar por creer eso, Kara tiene una habilidad para meter la pata que si fuera un deporte olímpico se llevaba todas las medallas de oro.

—Estamos de acuerdo en que para bien o para mal, ellas dos son tal para cual.

—Sí. ¿Qué estará pasando con ellas? Me muero de la curiosidad.

—Ni que lo digas, me estoy conteniendo para no ir a buscarlas.

—Ya no puedo más, iré con ellas.

—Alex, no. Imagina que las interrumpes en algo importante. Nadie te lo perdonaría, empezando por mí.

—Si Kara llega a arruinar esta oportunidad no sé de qué sería capaz...

—Y yo espero que Lena por primera vez en su vida me haga caso, esta vez sí tengo razón.

—¿Por qué serán tan tercas?

—Deja lo tercas, lo distraídas que son. Ellas son como la versión humana de Dora la exploradora y por más que una les dice las cosas, no hacen caso.

—Estoy de acuerdo contigo. No sé qué le pasó a Lena, pero yo una vez hice que Kara se cayera de la bicicleta, me temo que es mi culpa de que sea así...

—¿Cómo hiciste que cayera?

—Deberías saber que ambas somos muy competitivas...
Aunque soy mayor que ella sus piernas son más largas por lo que me iba ganando, en un intento desesperado por alcanzarla, golpeé su llanta trasera y salió volando... Afortunadamente cayó en el pasto, pero me temo que desde ahí quedó mal.

—Me habría gustado ver eso y tener historias graciosas que contarte de Lena, pero no hay nada que pueda decirte. Ella se la pasaba jugando ajedrez, damas chinas y cualquier otro juego de ese estilo. Su familia es poco convencional, así que me temo que ellos sean los responsables de que Lena sea tan rara por momentos.

—Tantas diferencias entre ellas y tenían que ser igual de torpes, increíble.

—Sé que ya dije esto, pero ¿qué estará pasando?

—Espero que pronto lo sepamos, porque siento que ya no puedo resistir más la espera.

—Mi necesidad de alimentarme de chisme me está haciendo una mala jugada.

—Debemos resistir, Sam, somos fuertes.

—Necesitamos distraernos con algo.

—Tengo una botella de Tequila nueva.

—Eso es justo lo que necesito, un buen trago.  Si no me relajo, por lo menos se me va a olvidar qué me preocupa.

—Ya te sirvo—No parecía la mejor idea que dos personas como Sam y Alex empezaran a beber juntas, pero ya que no había nadie más para detenerlas, podían suceder muchas cosas.

La chica del apartamento 512 (Supercorp).Where stories live. Discover now