VEINTIUNO

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Kiraz no había dejado de sonreír desde que se habia despertado

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Kiraz no había dejado de sonreír desde que se habia despertado. Sus ojos no podían dejar de observar a Can que dormia plácidamente con su pelo revuelto y una expresión de paz. El calor subia a sus mejillas al recordar que estaba completamente desnudo debajo de la sabana.
Y ella como de costumbre, abrió los ojos a las cinco y media de la mañana, algo que la sorprendió teniendo en cuenta que solo había dormido cerca de una hora y media tal vez.

Estaba tan concentrada que se olvidó por completo que la alarma sonaría llenando el silencio de la habitación y haciendo que Can se remueva buscando apagarla. 

Can a tientas presiono el botón antes de volver a su antigua posición con una sonrisa en el rostro que hizo reir a Kiraz.

—Buenos días— saludo ella mientras él empezaba a abrir los ojos.

—Los mejores días diras— respondió el castaño logrando hacerla reír. —Por dios, es el mejor día de toda mi vida— dijo despues a lo que Kiraz solo rodo los ojos.

—No exageres— pidió ella.

—¿Sabes cuantas veces soñé con esto?— le pregunto al mismo tiempo que paseaba su mano por toda la espalda desnuda de la castaña.

—Que pervertido. ¿Soñabas con tu amiga desnuda?— dramatizo Kiraz antes de volver a sonreír.

—Bueno, no todo el tiempo. Pero puedes apostar a que el Can adolescente justo ahora está babeando y saltando por la situacion— conto haciéndola sacar una carcajada.

—Pues... te aseguro que la Kiraz de ahora quedo muy sorprendida— admitió ella asintiendo antes de acercarse a su oído. —Quién le hubiera dicho que su mejor amigo es tan bueno en la cama— susurro antes de sentir y escuchar el azote que Can le dio haciendola chillar de la sorpresa.

—Es un hecho... tendremos que quedarnos encerrados aquí a recuperar todo el sexo que no tuvimos en estos años de amistad— decreto él mientras ella volvía a verlo a los ojos.

—Aunque, me encantaría reforzar la amistad contigo mi amor... no podemos perdernos hoy— admitió Kiraz viendolo hacer un pequeño puchero antes de fruncir un poco su entrecejo.

—¿Por qué no?

—Porque... ambos tenemos trabajo pendiente— respondió ella antes de por fin besarlo.

—¿Vamos juntos a la oficina entonces?— pregunto Can teniéndola a solo dos centímetros de distancia.

—Perdon amor pero hoy no va a poder ser— respondió ella antes de que el girará cambiándolo de posición y sacandole una pequeña sonrisa.

—¿Como de que no?— pregunto divertido el castaño.

—Creo... que olvidaste que hoy voy al terrero de los Birol con mi padre— menciono Kiraz antes de que Can llevara su cabeza hacia atrás renegando, algo que la hizo reír. —Creo que estas muy distraído.

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⏰ Last updated: May 11 ⏰

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